Ambos datos señalan la debilidad del mercado inmobiliario y el sector de la construcción, que siguen abrumados por el gran número de viviendas a la venta y casas bajo ejecución hipotecaria, y una demanda restringida por el alto desempleo, la rigidez del crédito bancario y la disminución de los sueldos reales.
En marzo el inició de construcción de viviendas había apuntado a un ritmo en todo el año de 585,000 unidades.
Los permisos para obras nuevas, que son un indicio de la actividad futura en la construcción bajaron de un ritmo anual de 574,000 en marzo a 551,000 en abril.
Los permisos para la construcción de unidades unifamiliares, que representan casi tres cuartas partes del mercado de la vivienda, bajaron un 1.8 por ciento en abril y marcaron una tasa anualizada de 285,000 unidades.