"El año podría ser mejor" que esas anticipaciones, según el responsable comercial de Airbus, John Leahy, que justificó esas previsiones teniendo en cuenta la cartera de pedidos de 4.682 aeronaves al finalizar el pasado ejercicio, lo que representa cerca de ocho años al ritmo de entregas actual.
Leahy, con motivo de la presentación hoy de los resultados comerciales en su sede de Toulouse (sur de Francia), explicó que en el caso de los modelos con más éxito -la renovada familia del A320neo y el A350- se podrían vender más rápidamente, pero corriendo el riesgo de que no se pudieran cumplir plazos de una entrega lo más pronto posible como querrían las compañías.
El presidente, Fabrice Brégier, quitó importancia a que su rival estadounidense Boeing, les hubiera superado en 2012 tanto en ventas (por primera vez en cinco años) como en entregas (por primera vez en diez años) con el argumento de que superaron sus expectativas y de que el objetivo es ser rentable.
No se trata únicamente de tener más pedidos y más cuota de mercado -dijo Brégier- sino de lograr "un crecimiento rentable".
Respecto al riesgo de que la crisis de la zona del euro afecte a su actividad, el presidente recordó que esa región geográfica representa una parte reducida de su negocio -Europa entera, y no sólo los países de la zona euro no supusieron el pasado año más que el 16 por ciento de las entregas, frente al 18 por ciento de China o el 22 por ciento de la subregión Asia-Pacífico.
Brégier dio cuenta del "progreso razonable" que se ha hecho con el programa del futuro A350, dado que ya se han ensamblado las dos primeras unidades, una destinada a las pruebas estáticas y la segunda a los primeros vuelos, que pese a un retraso de "un par de meses", podrían tener lugar desde mediados de año.
De acuerdo al calendario actual, el primer A350 -una aeronave de largo alcance y capacidad media que entre sus principales innovaciones está el recurso amplio a los materiales compuestos- pasará a la flota de la compañía que inaugurará su explotación comercial en la segunda mitad de 2014.
Compite directamente con el 787 de Boeing, el modelo en el que se están revelando una serie de problemas técnicos, en particular con las baterías eléctricas, sobre los que el "número uno" de Airbus no quiso entrar porque no piensan dar "lecciones a nadie".
No obstante, no se privó de precisar que las baterías eléctricas elegidas para el A350 "son más tradicionales" que las del 787 de Boeing y por eso "plantean menos riesgos".
En cuanto al avión de transporte militar A400M -cuyo ensamblaje final se lleva a cabo en la planta española de Sevilla-, admitió que la entrega de la primera unidad al ejército francés se hará "ligeramente más tarde" de lo que se había anticipado, y habló en concreto del segundo trimestre de este año.
Brégier, sobre todo, hizo hincapié en que desde la renegociación del contrato del A400M con los siete países que participan en el programa -a causa de retrasos sucesivos que redujeron el pedido final y acarrearon cientos de millones de euros de pérdidas para el fabricante- "estamos esencialmente en línea con lo que prometimos.
Airbus el pasado ejercicio contrató a 5.000 personas, lo que se tradujo en un incremento neto de su plantilla de entre 3.500 y 4.000 empleados hasta llegar a 59.000, y esa tendencia debería tener su prolongación en 2013.