El funcionario federal expuso que la delincuencia organizada en México tiene un “interés y ambición por el dinero, su ambición es de poder” y que, a diferencia de Colombia, en este país las organizaciones de narcotraficantes carecen de un contenido ideológico.
En conferencia de prensa explicó que en Colombia existe la narcoguerrilla y el narcoterrorismo, que tienen fundamentos ideológicos que buscan cambios o transformaciones en el sistema político y de gobierno.
Afirmó que el caso mexicano es diferente, porque en un principio los narcotraficantes sólo actuaban en torno al trasiego hacia a Estados Unidos y después desarrollaron un mercado de consumo interno, que al consolidarse generó los intereses de control territorial.
En ese proceso, señaló, para mantener el control territorial los cárteles de la droga comenzaron a comprar bajo amenazas y bajo el poder económico a las autoridades, principalmente a los niveles municipales donde no se cuenta con la capacidad de fuego ni la infraestructura para hacer frente a los grupos criminales.
Es de esa manera como los grupos de narcotraficantes, según Arturo Chávez, después de acumular el poder económico comenzaron a tomar control del poder político a través de la cooptación de las estructuras policiacas y las autoridades municipales.
Por otro lado, sostuvo que el ataque a la Policía Federal puede interpretarse como una venganza porque de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal se trató de una represalia por la detención de Jesús Armando Acosta, alias “el 35”, considerado uno de los estrategas de la estructura criminal de “La Línea”.
En ese sentido manifestó que cuando los grupos criminales se sienten vulnerados por las acciones del Estado, como en este caso la captura de uno de sus líderes, reaccionan de manera violenta tratando de demostrar que ellos también tienen capacidad para hacer daño a las estructuras de gobierno.
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR) aclaró que las acciones de la policía como de las instituciones contra el crimen organizado son de aplicación del Derecho, en tanto que las operaciones criminales son delitos que deben castigarse.