El maíz es patrimonio de la humanidad, ya que es el resultado de la domesticación de los pueblos indios y campesinos de México por más de 10 mil años, por lo tanto, la contaminación de las variantes nativas de maíz, mediante la siembra de productos transgénicos, representa un daño a la memoria genética de la agricultura tradicional del país, consideró el vicecoordinador de los senadores del PRD, Silvano Aureoles Conejo.
Por ello, el legislador solicitó que el Senado de la República exhorte a los titulares de las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), y de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), para que revoquen las autorizaciones otorgadas para la siembra de maíz transgénico y rechacen las solicitudes existentes, hasta que existan pruebas científicas que garanticen plena seguridad para los maíces nativos.
Silvano Aureoles recordó que el pasado 15 de octubre el gobierno federal anunció la autorización a la empresa Monsanto para el cultivo experimental de maíz transgénico, “como un requisito para pasar lo antes posible a las siembras comerciales en gran escala”, y que unos días después, ya había otorgado 22 permisos más “a empresas extranjeras productoras de semillas genéticamente modificadas”.
Motivo por el cual, el legislador demandó la comparecencia de los secretarios de Agricultura, y de Medio Ambiente ante el Senado de la República, a fin de que informen y expliquen en qué consiste la fase de experimento de la siembra de maíz transgénico, así como los fundamentos científicos, económicos, ambientales, sociales y culturales para la autorización de esta práctica, favoreciendo los intereses comerciales de empresas extranjeras.
Consideró que dichas dependencias gubernamentales “deben explicar de qué manera se garantiza la imparcialidad científica de los resultados de las investigaciones en las que se basaron para tomar la decisión de otorgar los permisos”, ya que las empresas que las llevarán a cabo “defienden intereses comerciales y no el beneficio de la nación”.
“El maíz constituye un pilar fundamental en la alimentación de la mayoría de los ejidos, comunidades, zonas rurales y urbanas del país, y su cultivo ocupa un lugar preponderante en la producción agrícola y en la economía campesina de más de 2.3 millones de familias mexicanas”, sostuvo el senador por Michoacán.
Por lo tanto, señaló que desde hace más de una década, diversas organizaciones de productores agrícolas, ambientalistas, académicos y científicos han sostenido la importancia de salvaguardar de toda contaminación la biodiversidad de los maíces nativos en México.
Finalmente, Silvano Aureoles solicitó que SEMARNAT y SAGARPA informen a los senadores sobre las acciones que se están llevando a cabo para proteger las diversas razas de maíz nativo de México, como lo establece la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.
El punto de acuerdo fue respaldado por el senador Francisco Javier Castellón Fonseca y turnado a la Comisión de Agricultura y Ganadería para su análisis y dictamen.