Restauran muralla de la zona arqueológica de Chichén Itzá

La milenaria muralla de la zona arqueológica de Chichén Itzá, cuya construcción se remonta al 900 d.C., es objeto de labores de restauración, para devolver su antigua apariencia y determinar su relación con el Gran Juego de Pelota.

El arqueólogo Rafael Cobos, responsable del proyecto de investigación, refirió que los trabajos de conservación son desarrollados desde hace un año. en el extenso muro que circunda las seis hectáreas donde se ubican importantes edificios.

En un comunicado, indicó que en las labores de esta muralla, que en la época prehispánica sirvió como barrera defensiva, participan especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

La restauración de la muralla, que también tuvo un uso como límite restrictivo al área cívico-ceremonial para la sociedad maya común, se lleva a cabo bajo la técnica de anastilosis, que consiste en colocar en su sitio original aquellos elementos arquitectónicos dispersos en el área que no existe duda de su procedencia.

De acuerdo con el documento, recientemente concluyó la segunda temporada de exploración y restauración en la porción occidental del muro, durante la cual además se hallaron materiales cerámicos, líticos y restos de conchas marinas que sirvieron como relleno.

Mientras que la tercera temporada está planeada para iniciarse en marzo próximo, y se enfocará a comprender los aspectos arquitectónicos relacionados entre el muro y el Gran Juego de Pelota, en la porción noroeste, de seis hectáreas de la Gran Nivelación.

Por su parte, el arqueólogo Rodolfo Canto Carrillo, quien desarrolla la investigación sobre la extensión, antiguedad y usos de la muralla, comentó que esta pared que protegía el centro neurálgico de la ciudad, no es continua y existen límites naturales, como depresiones y hondonadas.

"Es importante que concluyamos la investigación de la muralla dentro del Gran Juego de Pelota, porque aparentemente el muro fue desmantelado para dar paso a la construcción de la cancha, alrededor del año 1000 d.C.", expuso.

Esta hipótesis corroboraría que este juego de pelota, el más grande de Mesoamérica, fue la última gran obra constructiva erigida en el núcleo de Chichén Itzá, informó el arqueólogo.

La muralla de poca altura, dijo, rodeaba el centro cívico-ceremonial de la ciudad, donde se encuentran los má

emblemáticos edificios: El Castillo, Templo de los Guerreros y el Gran Juego de Pelota, este último con una altura de más de 15 metros, que habría tenido también una función defensiva ante una invasión.

Aunque aclaró que por la forma en que el muro está construido y distribuido, su función no únicamente fue defensiva, sino también de uso restrictivo para la gente común, que no podía acceder al núcleo de la ciudad.

Quienes ocupaban los edificios de la Gran Nivelación parecen haber interactuado con el resto de la población, por medio de numerosas calzadas y accesos que rompen la continuidad de la muralla.