Subrayó que hoy más que nunca esos organismos deben ser perspicaces para poder distinguir las acusaciones mal intencionadas y dolosas que buscan desestimar la acción del Estado de aquellas que pueden tener fundamento y respondan a anomalías entre las fuerzas de seguridad.
Gómez Mont recalcó que, de igual forma, ahora más que nunca las instituciones de ese tipo deben tener la agudeza para no ser un instrumento injusto de legitimación de los esfuerzos del Estado y de la nación para reconstruir las fuerzas de seguridad.
Durante su discurso de apertura de la “Jornada 2010 de Prevención de la Tortura”, que encabeza el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, insistió en que esas comisiones no pueden encubrir las irregularidades que puedan haber entre las instituciones de seguridad.
Tampoco pueden “ser tontos útiles de una delincuencia a la que les sirve para deslegitimar, perseguir, contener, condicionar, debilitar, la acción de esa autoridad”, añadió.
El titular de Gobernación dejó claro que en el marco legal del país no existe tolerancia institucional hacia la tortura.
Además, subrayó, las fuerzas del Estado buscan generar la gobernabilidad para tener la potencia suficiente para defender a la población lo hacen cada vez con más rigor bajo el amparo de un discurso de protección a sus derechos humanos.
Por eso es necesario que los organismos defensores de esas garantías sean capaces de distinguir aquellos actos que pueden ser propios de la tortura o sólo huellas de un sometimiento por resistencia.
Pues, asentó, “en una democracia la evidencia es una construcción necesaria para que la autoridad justifique y argumente aquellos actos, sobre todo los que afectan a la libertad”.
El funcionario dijo estar convencido que esas jornadas no pueden perder su vigencia “porque hoy más que nunca en la medida en que generemos un discurso que no debilite al Estado ni fomente la arbitrariedad podremos consolidar el anhelo de años de que México, sea democrático, sometido a reglas de derecho con vocación social”.
Añadió que con esa convicción asume una alianza moral, intelectual y legal con la CNDH para ahondar en la construcción de mecanismos que garanticen los derechos fundamentales de la población.
Reconoció que ha habido polémica con la CNDH porque el terreno es complejo; sin embargo es necesario un compromiso “que tenga como fruto garantizar la perspicacia y despejar la suspicacia que debilita y sirve a intereses mezquinos”.