Una séptima víctima murió al ser baleada cuando se encontraba en la parte superior del muro fronterizo, de acuerdo con un recuento de la Red de Víctimas de la Patrulla Fronteriza, una organización constituida por familiares de personas que han muerto a manos de los agentes fronterizos.
La organización, que tiene su sede en Arizona, conmemora este lunes el cuarto aniversario de la muerte de José Antonio Elena Rodríguez, un adolescente de 16 años que fue acribillado a balazos en Nogales, en el estado mexicano de Sonora, por un agente de a Patrulla Fronteriza que disparo a través de la frontera.
El joven fue recordado este fin de semana por cientos de activistas de derechos humanos que asistieron aquí al “Encuentro en la Frontera”, una convergencia de tres días organizada por el grupo “School of Americas Watch” (SOA Watch), para manifestarse en contra de la “militarización” de la región fronteriza.
Elena Rodríguez murió la noche del 10 de octubre de 2012, después de terminar de jugar al baloncesto con los amigos de su barrio en Nogales.
El adolescente se dirigía caminando solo hacia su casa por la Calle Internacional, una vía que corre paralela a la valla que limita la frontera, cuando el agente Lonnie Ryan Swartz le disparó en 11 ocasiones a través de la cerca fronteriza.
Los disparos fueron efectuados desde una pequeña colina en el lado estadunidense que se eleva a una altura e 12 a 15 metros sobre nivel de la calle, de lado mexicano.
La autopsia mostró que casi la totalidad de las balas impactaron el cuerpo de José Antonio desde atrás. Él adolescente falleció sobre la banqueta de la calle aproximadamente a cuatro cuadras de su casa.
Swartz fue acusado el año pasado de homicidio en segundo grado y su juicio está programado para iniciar el próximo 7 de noviembre en una corte federal de Tucson, Arizona.
Swartz también enfrenta una demanda civil interpuesta por la familia de Elena Rodríguez, bajo el argumento de que el agente fronterizo violó los derechos civiles del adolescente cuando disparó a través de la valla fronteriza de Nogales, causándole la muerte.
En el recuento de la Red de Víctimas de la Patrulla Fronteriza aparecen también como muertos por agentes fronterizos que dispararon hacia territorio mexicano Guillermo Arévalo Pedroza, Juan Pablo Pérez Santillán, José Alfredo Yáñez Reyes, Ramsés Barrón Torres, Sergio Adrián Guereca y Carlos Lamadrid.
Guillermo Arévalo Pedroza, de 36 años, murió el 12 de septiembre de 2012 cuando celebraba el cumpleaños de su hija en un picnic familiar en la orilla del Río Bravo, en el lado mexicano, cerca de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Agentes de la Patrulla Fronteriza que realizaban vigilancia a bordo de una lancha patrullera le dispararon dos balazos, cuando presuntamente fueron atacados a pedradas por varias personas desde el lado mexicano.
Juan Pablo Pérez Santillán, de 30 años de edad, murió el 7 de julio de 2012, cuando fungía como vigilante en un puesto de observación para los migrantes que cruzan a nado el Rio Bravo para ingresar a territorio estadunidense, cerca del puente internacional que conecta Matamoros, Tamaulipas con Brownsville, Texas.
Agentes de la Patrulla Fronteriza le dispararon desde el lado estadunidense luego de reportar haber sido atacados a pedradas.
José Alfredo Yáñez Reyes de 40 años, murió el 21 de junio de 2011 en Tijuana, Baja California, cuando agentes de la Patrulla Fronteriza que trataban de detener a tres hombres fueron atacados con piedras y palos por gente que intervino cerca del muro fronterizo para impedir las aprehensiones.
Los agentes dispararon y alcanzaron a Yáñez Reyes en la cabeza, provocándole la muerte. La familia presentó una demanda por homicidio culposo en una corte federal, que está en curso.
Ramsés Barrón Torres, de 17 años de edad, falleció el 5 de enero de 2011, en Nogales, Sonora, por un agente que disparó a través de la valla fronteriza al lado estadunidense.
El agente de la Patrulla Fronteriza dijo que disparó contra gente que le lanzó piedras, pero familiares del joven aseguraron que él probablemente estaba cruzando la frontera para visitar a su novia en Nogales, Arizona.
El Departamento de Justicia se negó a presentar cargos penales contra el agente. La familia no presentó una demanda civil.
Sergio Adrián Guereca, de 15 años, falleció el 7 de junio de 2010, cuando el agente fronterizo Jesús Mesa Jr. trató de detener a varios jóvenes que intentaban cruzar la frontera a través del lecho seco del Río Bravo entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas.
Mesa dijo que estaba rodeado de gente que le lanzaba piedras cuando disparó y le dio a Guereca en la cabeza y lo mató. Videos captados por varios testigos muestran a Mesa en un terraplén en el lado estadunidense sin estar rodeado o enfrentar amenaza alguna.
Los videos muestran que Guereca no estaba lanzando piedras cuando le dispararon. El Departamento de Justicia de Estados Unidos determinó que no había pruebas suficientes para presentar cargos contra el agente fronterizo.
Una demanda civil presentada por la familia de la víctima fue desestimada por falta de jurisdicción por una Corte Federal de Texas.
Una séptima víctima, el estadunidense Carlos Lamadrid, de 19 años de edad, fue muerto por un agente de la patrulla Fronteriza de cuatro balazos en la espalda en la comunidad de Douglas, Arizona, el 21 de marzo de 2011, cuando subía una escalera para brincar el muro fronterizo y regresar a México.
El agente que disparó, identificado como Lucas Tidwell, no ha sido procesado.
En abril de 2015 la Corte Federal de Apelaciones del Quinto Distrito, con sede en Nueva Orleans, dictaminó en el caso de Sergio Adrián Guereca, que sus familiares no podían demandar el amparo de la justicia estadunidense dado que éste era un ciudadano mexicano en suelo mexicano y carecía de toda “conexión voluntaria significativa” con Estados Unidos.
Abogados de la familia apelaron a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, quien está pendiente de emitir una decisión. El fallo podía afectar las demandas o potenciales demandas de cuando menos cinco de los casos de víctimas de agentes fronterizos en circunstancias similares.