Entre los temores más comunes en México se encuentra el que pueda afectar la gestación de los bebés en mujeres embarazadas o incluso que la exposición a este fenómeno natural pueda generar aspectos positivos en la salud de algunas personas.
Sin embargo, ni estos ni otras atribuciones han sido comprobadas por la ciencia, de acuerdo con la investigadora del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gloria Delgado, pues indicó que si bien pueden existir algunos cambios en la naturaleza sólo llegan a ser “mínimos”.
“En México se cree que las embarazadas deben de ponerse un listón rojo porque si no los bebés van a nacer con labio leporino y todo el mundo dice ´yo no me lo creo pero por si acaso´, pero no hay pruebas de que eso sea así”.
Recalcó que muchos mitos y creencias han surgido desde las civilizaciones prehispánicas, “pensaban que cuando ocurría uno de estos fenómenos significaba que iba a ver una guerra entonces se preparaban porque ´algo malo iba a ocurrir´ y hay otros más divertidos, por ejemplo, los italianos creen que es un momento óptimo para plantar flores porque van a ser más bonitas”.
La astrónoma destacó que entre los pocos cambios que pueden ocurrir en la naturaleza se encuentra el que los animales intenten dormir más temprano al confundir el eclipse con la noche, y que por otro lado, también pueda modificarse la gravedad.
“Pensemos que tenemos a la Tierra, la Luna y el Sol que están del mismo lado jalando de nosotros, eso cambia un poco la fuerza de la gravedad. La gente piensa que ya vamos a pesar unos kilos menos, pero si uno hace bien el cálculo son unos gramos, pero son mínimos y nada extraño”.
Gloria Delgado enfatizó que el Sistema Solar se formó hace cuatro mil 600 millones de años cuando aún no existían los seres humanos pero sí los eclipses, “entonces es muy raro que algo que ocurre de forma natural desde hace mucho tiempo tenga un poder sobre nosotros”.
Aclaró que las únicas afectaciones que puede causar un eclipse solar son a la vista si se miran de manera directa, pues de no protegerse pueden quemar la retina por lo que recomendó utilizar cristales de soldador del número 14, así como colocar filtros a los binoculares o telescopios.
“Dicen que en un mismo punto geográfico tienen que pasar entre 200 y 300 años para que uno pueda ver un eclipse de sol total”, expresó la investigadora al recordar que este 21 de agosto ocurrirá el segundo Eclipse Solar de 2017, el cual se podrá observar de forma total en Estados Unidos y de forma parcial en México, con mayor precisión en los estados del norte del país.