“Estamos asistiendo a una crisis humanitaria sin precedentes, con un número inédito de personas migrantes que sufren las consecuencias de la inacción, la falta de atención y la ausencia de coordinación en proveerles de servicios básicos”, afirmó Gemma Domínguez, coordinadora general de proyectos de MSF en México, en un boletín.
La demanda de MSF ocurre ante la reunión del domingo en Palenque, estado de Chiapas, organizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y con la esperada presencia de mandatarios y representantes de Cuba, Colombia, Honduras, Haití, Venezuela, Ecuador, Guatemala, El Salvador, Belice, Costa Rica y Panamá.
Domínguez esperó que la reunión resulte en un enfoque que atienda las causas de la migración.
“Lo que observamos son prácticas de control y restricción de movimientos, que provocan estigmatización, precarización de las condiciones de vida y un mayor riesgo para estas poblaciones”, añadió.
Como México es la última parada de los migrantes antes de llegar a Estados Unidos, MSF denunció la falta de servicios en todo del país, lo que provoca hacinamiento de migrantes.
Resaltó que estas personas viven en asentamientos informales, en la calle y en condiciones insalubres, lo afecta su salud física y emocional.
Asimismo, señaló que en ciudades fronterizas peligrosas son víctimas de violencia.
“Si la violencia es denominador común a lo largo de la ruta, lo es también la acuciante falta de servicios básicos que, combinados, suponen un riesgo enorme para la vida y salud de las personas migrantes”, apuntó MSF.
Además, la organización señaló que atiende a migrantes con patologías que reflejan las pésimas condiciones de vida en la ruta migratoria, como diarreas y enfermedades gastrointestinales por beber agua no potable, y respiratorias por dormir a la intemperie.
También enunció heridas abiertas en la piel por extensas caminatas, un peso inadecuado por falta de comida, mujeres embarazadas sin control prenatal, heridas, magulladuras, agotamiento extremo, y el impacto en la salud mental.
“Son familias enteras, mujeres, bebés, adolescentes, niños e incluso ancianos. Su exposición a la violencia es mayor, así como su vulnerabilidad y sus necesidades. Los Gobiernos de la región les dejan tremendamente desprotegidos”, consideró Luis Eguiluz, coordinador de MSF en Colombia y Panamá.
Eguiluz enfatizó que “migrar no es un delito”, por lo que blindar fronteras y militarizarlas, así como las políticas "represivas" de deportación y persecución no reducen los flujos migratorios, sino que conducen a las migrantes a las mafias criminales.
“La migración seguirá ocurriendo, inevitablemente, y tenemos que estar preparados para proteger y atender a los que migran. Los líderes políticos tienen mucho por hacer y tienen que hacerlo, ya si de verdad quieren evitar mayor sufrimiento”, concluyó.