En su participación en el seminario Educación para un desarrollo sostenible: la reforma necesaria, organizado por el Instituto Belisario Dominguez y la Comisión de Educación del Senado de la República, informó que la tasa neta de cobertura en preescolar es de 71.9 por ciento, en primaria de 98.6 por ciento, en secundaria de 87.6 por ciento, y en media superior de 57 por ciento.
Al dictar la ponencia Los retos de México ante el 4 objetivo del desarrollo sustentable, Schmelkes del Valle destacó que el gran problema educativo de México es la inequidad, pues son las escuelas más pobres las que presentan mayores carencias en infraestructura y en recursos para la enseñanza y el aprendizaje, entre otros.
La consejera del INEE dio a conocer que una de cada cinco escuelas del país tiene techo de lámina de asbesto o metal, 5 por ciento no tiene paredes o éstas son de tablaroca, lámina o madera, y que los libros de Texto Gratuitos no se distribuyen con la misma oportunidad a todas las escuelas. En mayor desventaja están las indígenas, las multigrado y las indígenas, subrayó.
Al referirse a la educación media superior, informó que aumenta la matrícula y la tasa de cobertura bruta y neta, pero que el abandono permanece por encima de los 600 mil alumnos por año, en los últimos seis ciclos escolares. En este nivel educativo están fuera de la escuela 2.4 millones de jóvenes de entre 15 y 17 años, abundó.
Dijo que el abandono en el primer año es de 23.8 por ciento, en el segundo de 10 por ciento y en tercero de 6.6 por ciento; los hombres abandonan más que las mujeres la educación media superior (17 por ciento contra 13.3 por ciento) y que el desempeño educativo es insatisfactorio pues aproximadamente la mitad de los alumnos obtuvieron el nivel mínimo en lectura y matemáticas.
Finalmente, la Consejera del INEE afirmó que “queremos una educación de calidad para todos” y que esto implica atender la inequidad y redoblar esfuerzos para lograr avances relevantes en todos los niveles educativos, que ayuden a construir un país intercultural en el que valoremos la riqueza de nuestra gran diversidad y nos permita dejar atrás la discriminación y el racismo, así como a devolverle a la educación su función de mecanismo igualador por excelencia.