Rechazó cualquier discusión u otro tipo de confrontación con la Comisión Nacional del Agua porque la prioridad de su administración es aprovechar el tiempo y continuar con la realización de obras por cerca de 21 mil millones de pesos aún con independencia de la participación de instancias federales, con las cuales sin embargo buscará un acuerdo justo para presupuestar con el Estado de México los otros 50 mil millones de pesos necesarios.
A la altura del primer dinamo del Río Magdalena, en la delegación Magdalena Contreras –donde se ubica esta planta potabilizadora–, el mandatario capitalino refirió lo hecho desde el inicio de su administración en los rubros mencionados con una perspectiva estratégica en pro de la sustentabilidad del Valle de México.
Gracias a un incremento superior al 100 por ciento del presupuesto en el primer bienio de su gestión, al momento se construyeron ya cinco plantas potabilizadoras como ésta, cuatro tanques de almacenaimeinto y el acueducto de Santa Catarina.
Asimismo, se rehabilitaron y repusieron 110 pozos profundos, se automatizaron 300 y equiparon 120 de un total de 640; fueron sustituidos 670 kilómetros de red secundaria de distribución, se repararon más de 50 mil fugas y rehabilitaron o renovaron más de 500 mil micromedidores para cobrar el consumo real.
En drenaje se desazolvaron seis presas y siete mil 500 kilómetros de tubería; se dio mantenimiento al sistema de drenaje profundo; se construyeron plantas de bombeo, colectores y 53 obras para prevenir encharcamientos, y rehabilitaron o renovaron cuatro kilómetros de red secundaria, mientras en reuso del agua se ampliaron ocho plantas de tratamiento, entre ellas Cerro de la Estrella, Coyoacán y Santa Fe.
Sin embargo –agregó Ebrard–, la sustentabilidad del Valle de México, dada la explosión demográfica en municipios conurbados e insuficiencia de la infraestructura actual, requiere un esfuerzo a gran escala en el que necesariamente deben participar los gobiernos y legislaturas de la federación y el Estado de México mediante un acuerdo justo.
Reconoció y agradeció al Congreso de la Unión la aprobación de recursos para construir el Emisor Oriente, mejorar el drenaje y disminuir los riesgos de inundación en el Distrito Federal y en municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chalco, pero reiteró la urgencia de hacer un esfuerzo semejante para superar el déficit en abastecimiento.
Se requiere –abundó– un proyecto estratégico que sea integral, a mediano plazo y conjunto. Debe contemplar el mantenimiento y ampliación del Sistema Cutzamala, del cual se pierden hasta tres metros cúbicos por la antigüedad de su infraestructura.
“Independientemente de la propuesta que estamos haciendo, nosotros hacemos nuestro trabajo. Tan es así, que hoy echamos a andar esta planta”, puntualizó.
Ramón Aguirre Díaz, director General del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, informó que en realidad esta planta opera desde el pasado miércoles debido a la suspensión del 100 por ciento de suministro del Cutzamala, también gracias a lo cual se evitaron serios problemas en el consumo. El gobierno del Distrito Federal inaugurará en 2009 dos más.
La planta “Magdalena Contreras” abastecerá 200 litros por segundo a 115 mil 200 habitantes gracias a una inversión de 51 millones de pesos, pero en total la presente administración canalizará nueve mil millones de pesos a obras de agua potable y 12 mil millones de pesos a tratamiento y drenaje, para un total de 21 mil millones de pesos.
Los otros 49 mil 908 millones de pesos deberán ser aportación tripartita y canalizarse a un total de 16 obras, entre ellas el mantenimiento y ampliación del Cutzamala, los pozos de la Caldera, la planta potabilizadora de Presa Guadalupe, al Sistema Tula y al Emisor Oriente.
Al inicio de su intervención, el jefe de gobierno agradeció a la ciudadanía, servidores públicos, delegaciones y dependencias en general el apoyo brindado durante la suspensión del 100 por ciento del suministro del Cutzamala y para la distribución de una cantidad impresionante de líquido mediante pipas y garrafones.
Especialmente a los ciudadanos les reconoció haber hecho un uso racional del líquido, lo cual contribuyó a evitar una crisis de desabasto.