La decisión afecta a 175 directivos, los mejor pagados de siete compañías en las que el gobierno ha inyectado cientos de miles de millones de dólares para evitar su colapso por la crisis.
Pese a recibir esas ayudas, la mayoría de esos ejecutivos ha seguido recibiendo sueldos estratosféricos, lo que ha causado una gran repulsa pública.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó la medida como "un paso importante para limitar la influencia de la compensación de los ejecutivos en Wall Street, que al mismo tiempo permite que esas empresas tengan éxito y prosperen".
No obstante, la rebaja de la remuneración sólo afecta a esas siete compañías y no a empresas pequeñas que han recibido dinero público o a grandes conglomerados que lo han devuelto, como Goldman Sachs y JPMorgan Chase.
Goldman Sachs, por ejemplo, prevé pagar 16 mil 700 millones de dólares a sus empleados este año, es decir, más de medio millón de dólares por cabeza, lo que ha caído muy mal cuando el desempleo se aproxima al diez por ciento en Estados Unidos.
Más allá de la cuestión ética, la crisis puso de manifiesto que la remuneración de los ejecutivos es un talón de Aquiles del sistema, pues tal y como está diseñada ahora incentiva la toma de riesgos a corto plazo, según los expertos.
Las medidas anunciadas hoy en una rueda de prensa por Kenneth Feinberg, encargado por el gobierno de revisar el sistema de remuneración de esas compañías, vinculan la mayor parte de la compensación al desempeño de las empresas a largo plazo.
Los sueldos de los directivos serán cortados un 90 por ciento en media, lo que dejará a la gran mayoría de ellos por debajo de la línea del medio millón de dólares al año.
Una parte de ese dinero se les entregará en forma de acciones, un tercio de las cuales los directivos podrán vender a los dos años, otro tercio a los tres años y el último tercio a los cinco años.
Además, recibirán acciones de bonificación a las que tendrán acceso a los tres años, pero sólo si la compañía devuelve al gobierno el dinero invertido en ellas, explicó Feinberg en la rueda de prensa.
De esta forma, la riqueza de los directivos dependerá de la fortuna de la compañía y no de los beneficios rápidos generados por apuestas arriesgadas que a la larga debilitan a la empresa, lo que contribuyó a la crisis financiera.
Asimismo, el gobierno limitará las ventajas añadidas de ser un alto ejecutivo de esas empresas, como el uso de aviones de la compañía para viajes personales, automóviles con chófer y pertenencia a clubes exclusivos.
La nueva compensación se aplicará para los meses de noviembre y diciembre de 2009 y servirá de base para la decisión que se tome en el 2010 sobre el nivel de remuneración de esos 175 empleados.
Feinberg cuenta con el poder total de determinar el dinero que ellos se lleven a casa como parte del acuerdo firmado cuando el gobierno intervino las empresas, y hoy dijo ser "extremadamente comprensivo con la preocupación pública sobre los paquetes de compensación".
Reconoció, sin embargo, que su mandato es "muy, muy limitado", al restringirse a las siete compañías en cuestión: General Motors, Chrysler, Chrysler Financial, GMAC, Bank of America, Citigroup y American International Group (AIG).
Feinberg instó a otras empresas a adoptar de forma voluntaria los parámetros que presentó hoy.
El gobierno no ha abogado por una reforma de las normas financieras que limite la remuneración a nivel general, como propuso al G-20 el presidente francés, Nicolás Sarkozy.
En su lugar, quiere que los propietarios de las empresas pongan freno a los excesos, como recalcó hoy Obama. "Insto al Senado a aprobar un proyecto de ley que dé voz a los accionistas sobre los paquetes de compensación de los ejecutivos", dijo el presidente estadounidense.
La Cámara de Representantes ya ratificó la propuesta, que también incluye la designación de directores independientes en los comités de remuneración.
Cuando las siete empresas devuelvan el dinero al gobierno se librarán del yugo que hoy les ha impuesto Feinberg, lo que es un buen incentivo para los ejecutivos para sacarlas a flote.