El 2 de marzo Día Nacional de la Familia Mexicana

La familia como elemento natural en el que los individuos nacen y se desarrollan, constituye un engranaje fundamental de la sociedad, ya que en ella las personas adquieren y reproducen normas así como comportamientos sociales; por ello la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, establece su derecho a ser protegida por la sociedad y el Estado.

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México decretó en el año 2006 que el primer domingo de marzo sería el Día Nacional de la Familia, en el que las dependencias deben desarrollar actividades para promover el fortalecimiento de la estructura familiar en sus respectivos ámbitos de competencia.

En el marco del Día Nacional de la Familia, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mediante la información del Censo de Población y Vivienda 2010  , presenta datos relevantes sobre algunas características de las familias mexicanas, en particular sobre los hogares monoparentales.

Hogar familiar

Si bien hogar no es sinónimo de familia, tradicionalmente este concepto ha sido utilizado como aproximación de esta, ya que por medio del vínculo que cada uno de los miembros del hogar tiene con el jefe(a) (ya sea consanguíneo, conyugal, de afinidad, adopción o costumbre), se pueden conocer las distintas formas de organización de los hogares.

En México, los hogares familiares entendidos como aquellos en los que existe relación de parentesco de los miembros con el jefe, son la principal forma en que las personas se organizan (90.5 por ciento), mientras que los no familiares, representan 9.3 por ciento. Cabe señalar que de los hogares familiares, ocho de cada diez (77.7 por ciento) son dirigidos por hombres y 22.3 por ciento por mujeres.

Los hogares conformados por el jefe(a) y cónyuge con o sin hijos, o bien el jefe(a) sin cónyuge pero con hijos (conocidos como nucleares), representan 70.9 por ciento de los hogares familiares; por otra parte tres de cada diez (28.1 por ciento) son hogares extensos, constituidos por un hogar nuclear más algún otro familiar o miembro que no guarde parentesco con el jefe(a).

Hogares monoparentales

En la actualidad existen distintos modelos de convivencia familiar  que surgen como consecuencia de algunos cambios sociodemográficos, entre los que destaca el aumento en la esperanza de vida, la disminución del número promedio de hijos de las mujeres y la mayor participación económica de ellas, así como el aumento de separaciones y divorcios entre las parejas. Uno de estos modelos que llama la atención debido a que diversas publicaciones señalan su incremento  , , es el hogar monoparental.

Los hogares monoparentales son aquellos que se encuentran conformados por el jefe(a) e hijos(as) y no cuentan con un cónyuge, en el que puede haber o no otros integrantes en el hogar. De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2010, los hogares monoparentales representan 18.5 por ciento del total de los hogares familiares.

Al interior del país se observan diferencias en la proporción de hogares monoparentales; es así que las entidades con un mayor porcentaje con respecto de su total de hogares familiares son el Distrito Federal (24.3 por ciento), Morelos (20.9 por ciento), y Guerrero (19.7 por ciento); en tanto que con un menor porcentaje son Nuevo León (15.2 por ciento), Quintana Roo (15.4 por ciento) y Zacatecas (15.5 por ciento).

Características sociodemográficas de los jefes  de hogares monoparentales

Estudios señalan que el jefe del hogar representa una figura importante para la familia, pues él suele identificarse como el líder y/o proveedor económico de esta, por lo que su caracterización sociodemográfica es un tópico de interés que permite inferir sobre la situación en la que se encuentra el hogar y comprender su funcionamiento, así como los arreglos que estos realizan para su convivencia. En este sentido, los hogares monoparentales se distinguen por estar encabezados en su mayoría por una mujer (84 por ciento), y aquellos que son dirigidos por un hombre constituyen 16 por ciento. Es preciso mencionar que tanto para el hombre como para la mujer, dirigir un hogar sin cónyuge o pareja puede representar una condición compleja, debido a que no solo tiene la responsabilidad del cuidado o atención de sus hijos(as) sino también de otras actividades como el trabajo para el sostenimiento de su hogar.

Cabe destacar que una proporción importante tanto de las mujeres como de los hombres que dirigen un hogar monoparental son adultos que se encuentran en las edades de 30 a 59 años, en proporción de 65.1 y 49.6 por ciento respectivamente, mientras que del total de jefas de estos hogares, las jóvenes de 15 a 29 años representan 6.4 por ciento, poco más del doble que los jefes jóvenes (3 por ciento).

La situación conyugal de los jefes es uno de los factores con implicaciones importantes en la recomposición de los hogares, pues la separación o disolución matrimonial tiende a generar nuevas organizaciones familiares como son los hogares monoparentales . Es así que la mayoría, tanto de las jefas como de los jefes de estos hogares se encuentran separados, divorciados o viudos (74 y 76.6 por ciento respectivamente), mientras que 13.7 por ciento de las mujeres declararon ser solteras y 4.7 por ciento de los hombres reportaron esta misma situación.

La educación es un factor de gran importancia en el desarrollo social y económico de los individuos y la sociedad, siguiendo la premisa de que un mayor nivel educativo puede traducirse en mejores condiciones de trabajo para las personas, en la figura del jefe de hogar esto recobra mayor relevancia, pues influye de manera directa en su bienestar económico y el de su familia, además de ser un referente importante en la perspectiva educativa de sus hijos. De esta manera se observa que tanto de las jefaturas femeninas como de las masculinas en hogares monoparentales, seis de cada diez cuentan con educación básica (61.2 y 61.3 por ciento respectivamente), mientras aquellos que tienen un nivel de estudios superior representan 12.7 y 13 por ciento respectivamente.

Otra de las características que cabe mencionar de los jefes de hogares monoparentales es su condición de actividad económica, siendo que en ellos por lo general recaen diversas responsabilidades, entre las que se encuentra el sostenimiento económico de la familia. Al respecto, del total de jefes de estos hogares, 54 por ciento son económicamente activos, de los cuales 97.5 por ciento se encuentran ocupados. Por sexo es posible advertir que de las jefas económicamente activas de estos hogares, 97.9 por ciento se encuentran ocupadas, situación similar para los hombres, con 95.9 por ciento.