Deben valorar gobiernos la estrecha relación entre migración y desarrollo

Los Estados miembros de las Naciones Unidas se encuentran en momentos de definición para establecer los denominados Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) post-2015, como parte de la nueva agenda que debe completar la labor de los Objetivos del Milenio, en la que se busca sumar a la migración como tema en ese proyecto.

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En la Conferencia Internacional Metrópolis 2015, organizada por la UNAM, se desarrolló la plenaria Migración y Objetivos del Desarrollo Sustentable post-2015.

La Conferencia Internacional Metrópolis 2015, organizada por la UNAM, se sumó a la discusión con la plenaria “Migración y Objetivos del Desarrollo Sustentable post-2015”, en la que especialistas y académicos coincidieron en el potencial que tienen esos movimientos humanos para contribuir al desarrollo de las naciones más desfavorecidas.

“Tenemos que pensar en la relación entre la migración y el desarrollo, más allá de los países, porque es muy estrecha; las contribuciones de ese fenómeno deben reconocerse”, expresó Cecile Riallant, responsable de la Iniciativa Conjunta sobre Migración y Desarrollo de la ONU.

Asimismo, lamentó que en la agenda que está próxima a aprobarse (en las siguientes semanas) el tópico sólo esté integrado como una de las 169 metas y no como uno de los 17 ODS.

En la búsqueda de erigir una agenda de desarrollo es indispensable una visión clara de lo que se necesita construir, advirtió Óscar Chacón, director de la National Alliance of Latin American & Caribbean Communities.

El ponente, quien cuenta con 30 años de trabajos organizativos en comunidades de migrantes en Estados Unidos, desglosó lo que se requiere para integrar un proyecto incluyente.

“Primero, un Estado robusto, un piso mínimo de bienestar, y que aquél desempeñe a cabalidad su rol genuino de árbitro imparcial que logre regular a la empresa privada, sin perder de vista que la agenda sea ecológicamente viable”, subrayó.

Los migrantes, añadió, ya somos parte del bienestar. Tan sólo en el periodo que comprende los años 2001-2014, las poblaciones latinas en la Unión Americana hemos enviado 724 mil 400 millones de dólares a los lugares de origen.

“Por todo esto, se requiere desmitificar lo que significa desarrollo. Más que referirnos a las metas por alcanzar, debemos hablar de lo que la gente entiende: por ejemplo, educación y salud; desglosar esta agenda se vuelve crucial para involucrar al migrante”, apuntó.

Uno de los infortunios en este tema es que antes se consideraba un fenómeno no medible, además de que actualmente los factores que lo agudizan no se hacen visibles de manera clara, consideró Binod Khadria, director de Estudios de Diáspora y Migración Internacional y académico de la Universidad de Melbourne, Australia.

Por ello, exhortó “a hacer un esfuerzo para terminar con las brechas entre el norte y el sur, entre países generadores de migrantes y desarrollados”.

En su oportunidad, Anita Ghimire, investigadora de la Universidad de Katmandú, Nepal, presentó por escrito un estudio sobre migración de estudiantes nepalís a universidades europeas.

Finalmente, indicó que también se migra por motivos académicos. Tan sólo en Nepal en 2014 salieron 28 mil estudiantes, gran parte de los cuales no regresará al sitio de origen.