La Investigación, liderada por el propio US Geological Service, es el estudio ecológico más detallado jamás realizado para un ecosistema de cueva costera que siempre está bajo el agua.
Para llevarlo a cabo, los científicos tuvieron que usar técnicas que previamente habían sido empleadas por vehículos de inmersión en aguas profundas para poder estudiar el medioambiente.
Encontrar que el metano y otras formas de materia orgánica, disueltas y en su mayoría invisibles, son la base de la red trófica en estas cuevas explica por qué los animales adaptados a las cavernas pueden prosperar en la columna de agua en un hábitat sin evidencia visible de comida, explicó David Brankovits, autor principal del estudio.
La investigación se realizó en la red de cuevas de Ox Bel Ha, en el noreste de Yucatán, que se describe como un estuario subterráneo porque los pasos de las grutas inundadas contienen distintas capas de agua que consisten en agua dulce -alimentada por las precipitaciones- y el agua salada del océano costero.