Celebra Norberto Rivera 15 años como arzobispo primado de México

La dedicación al frente de una de las diócesis más complicada por el número de feligreses, sacerdotes y parroquias, le ha representado grandes retos al cardenal Norberto Rivera Carrera, quien el 13 de junio cumplirá 15 años a cargo de la Arquidiócesis Primada de México.

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Norberto Rivera.

Los festejos de su aniversario frente a la sede metropolitana iniciarán este viernes en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, donde se oficiará una misa en su honor.

El obispo auxiliar emérito de México, Abelardo Alvarado Alcántara, indicó que Rivera Carrera ha tratado de organizar muy bien la pastoral en cada una de las vicarías.

El prelado refirió que el cardenal generó un programa para toda la arquidiócesis sobre el trabajo de los sacerdotes, además de que “ésta atento y vigilante” a los problemas que pudieran surgir.

“Evidentemente hay muchos problemas en la cuidad y en la arquidiócesis; por consiguiente a veces no todos pueden resolverse desde el punto de vista de la Iglesia y del trabajo de la Arquidiócesis y es muy justo que se le reconozca su laboral cardenal”, enfatizó.

El trabajo que ha realizado como arzobispo primado de México, además, ha dado grandes frutos “fundamentalmente en los aspectos de catequesis y formación en la fe, formación de laicos y en la organización de las diferentes organizaciones apostólicas de laicos”.

Destacó que se han vencido grandes retos pese a todos los problemas que vive la ciudad y el país, porque fenómenos como pobreza, inseguridad, desempleo, educación y salud no son cosas que la Iglesia deje al margen, sino que son parte de su misión y vocación.

Monseñor Alvarado explicó que la Iglesia Católica no tiene soluciones mágicas, sino que está condicionada a la situación del país y a las condiciones que se dan en la sociedad; muchas cosas no son responsabilidad directa de ella, sino del Estado, recordó.

“La Iglesia tiene una labor de apoyo, de respaldo de todo lo que es la responsabilidad del Estado”, abundó el obispo auxiliar emérito, quien indicó que evidentemente muchas veces las críticas a la Iglesia se dirigen o catalizan a quien está en la cabeza.

Sin embargo esa no es su responsabilidad, si no de todos los que forman la Iglesia que, reiteró, no es sólo el cardenal, ni de los obispos, ni de los sacerdotes, sino de todos los cristianos católicos.

En el futuro por el que trabaja Norberto Rivera, lo que importa son las personas, el bien común, el bienestar de las personas, su desarrollo y crecimiento, los valores morales.

A eso es a lo que la Iglesia Católica le apuesta, a educar en los valores evangélicos, que son finalmente los valores morales universales que cualquier sociedad desea tener como patrón ético.

Norberto Rivera nació el 6 de junio de 1942 en La Purísima, Tepehuanes, Durango, donde estudió el Seminario Conciliar; fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1966 en Ciudad del Vaticano por el papa Paulo VI.

Continuó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, donde cursó también el doctorado en Teología de 1967 a 1985; trabajó pastoralmente en Durango y en Río Grande, Zacatecas.

Fue miembro de la facultad del Seminario de Durango por 18 años y prefecto de disciplina, así como fundador y asistente eclesiástico del movimiento de "Jornadas de Vida Cristiana".

El 5 de noviembre de 1985 fue electo obispo de Tehuacán, Puebla, y el 21 de diciembre del mismo año recibió la consagración; fue nombrado arzobispo primado de México el 13 de junio de 1995.

El papa Juan Pablo II le impuso el capelo cardenalicio en el consistorio del 21 de febrero de 1998. Del 18 al 19 de abril de 2005 participó en el cónclave en el que fue electo sumo pontífice Joseph Ratzinger, quien eligió el nombre de Benedicto XVI.

Actualmente es miembro de la Congregación para el Culto Divino y Sacramentos, así como de la Congregación para el Clero y del Pontificio Consejo para la Familia.

Durante su gobierno pastoral han iniciado proyectos como la publicación del semanario Desde la Fe, la página de Internet del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (Siame) y la construcción de la Plaza Mariana en la Basílica de Guadalupe, así como la restauración de la Catedral Metropolitana.