“Aquí hay seres humanos”, recuerda detenida ante el Papa

Evila Quintana, una de las reclusas del Centro de Readaptación Social número 3 de esta ciudad aseguró hoy ante el Papa Francisco que muchos han perdido la esperanza en la rehabilitación de los presos y recordó: “aquí hay seres humanos”.

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Papa Francisco.

La mayoría tenemos la esperanza de la redención y en algunos casos la voluntad de conseguirla, afirmó, en un discurso cargado de emoción, la mujer seleccionada para hablarle al Pontífice a nombre de sus compañeros detenidos.

Reconoció que la cárcel pone a prueba el espíritu y la fortaleza de la fe, porque entrar a prisión implica el aislamiento de las personas que más se aman y la distancia les hace adaptarse, poco a poco, al desprendimiento.

Confesó que cuando los internos reciben un veredicto, lo primero que hacen es llorar y manifiestan sentimientos de angustia y desesperanza, para luego hacerse preguntas, para las cuales no quieren escuchar respuestas. Entonces se sienten expuestos, vulnerables y solos.

“Su visita quedará grabada en nuestros corazones. Su amable presencia de peregrino nos llena de ilusión y alegría; pues la visita que recibe un interno se convierte en un alimento que nos nutre de fe y esperanza de pronto volver a casa y reencontrarnos con los nuestros”, agregó.

El recorrido del Papa por el Cereso comenzó con el saludo a algunos familiares de presos en un túnel interior de ingreso al penal. Luego se trasladó a la capilla, donde intercambió palabras con el personal y los capellanes del lugar.

Varios de los 700 detenidos presentes le dedicaron unos cantos. En el momento del intercambio de regalos, el pontífice entregó un crucifijo de cristal obra del maestro Pierluigi Morimanno.