La primera tormenta tropical de la temporada atlántica tocaría tierra a mediados de semana entre Brownsville, Texas y Ciudad Madero, Tamaulipas, México, según proyecciones del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Alex tiene vientos máximos de 110 kilómetros por hora y a las 12:00 GMT se hallaba a 540 kilómetros al este-sureste de La Pesca, México o a 610 kilómetros al sureste de Brownsville, Texas.
El CNH indicó que la tormenta se fortalecerá hasta alcanzar categoría de huracán el martes.
Alex, a la que se le atribuyen de manera extraoficial diez muertes a su paso por Centroamérica, atravesó en su camino, la mexicana Península de Yucatán, donde provocó fuertes lluvias.
El CNH informó que se mantiene un aviso de huracán para la costa sur de Texas al sur de Baffin Bay hasta la desembocadura del Río Grande y para la costa de México desde la desembocadura del Río Grande hacia La Cruz.
Un aviso de huracán indica que vientos con fuerza de ciclón son posibles en la zona en 36 horas.
Los pronósticos indican que la tormenta se mantendría lejos del derrame de petróleo en el Golfo de México. De momento no representa una amenaza inminente a los esfuerzos de limpieza y contención de la fuga de crudo.
Pero un funcionario de la empresa británica dejó abierta la posibilidad de que el oleaje provocado por un potencial huracán genere problemas en la colección de petróleo que sale de la fuga desde el pasado 20 de abril, cuando explotó la plataforma Deepwater Horizon.
La tormenta Alex se ha ido intensificando desde el pasado fin de semana y se espera que se convierta incluso en un huracán mayor de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson antes de tocar tierra probablemente el jueves, según el CNH.