“Ya teníamos los protocolos, sin embargo, ahora lo que se trata es de dejar un esquema de actuación, de respuesta y actuación posterior. Es una ley que no queremos llamar de emergencias, sino más bien hacia la reconstrucción. Es una ley que necesita tener compactados sus trámites, planteamientos de ventanillas únicas y que en futuras administraciones la Ciudad de México tenga reforzamiento jurídico, estratégico y financiero de la ciudad”, afirmó.
Destacó que las acciones emprendidas por la CDMX ante el sismo del pasado 19 de septiembre, como el Fondo de Atención a Emergencias de la ciudad, han sido observadas a nivel internacional por las 100 Ciudades Resilientes, la Fundación Rockefeller y C40.
A estas iniciativas se agrega la base de datos que el gobierno capitalino prevé integrar a partir de la interacción de los voluntarios que participaron en las labores de búsqueda y rescate tras los derrumbes, “porque esto será como un cuerpo emergente de la Ciudad de México, en donde ya sabremos a quién llamar, a quién activar, a quién contactar. Creemos que es fundamental la respuesta solidaria que hemos tenido y no se puede desperdiciar; será absolutamente voluntario”.
En los próximos días, el Jefe de Gobierno encabezará la presentación del Atlas de Riesgo de la Ciudad de México; junto al INFONAVIT, un plan de acción para las familias y trabajadores damnificados, y se reunirá con miembros de la comunidad científica.
El mandatario capitalino aseguró que la CDMX es la primera entidad en entregar documentación completa de los reportes de daños en las delegaciones para acceder a los recursos del FONDEN.
Señaló que con el Fondo se trabaja en dos tareas principalmente; apoyo para el retiro de cascajo en la fase de demolición con un gasto aproximado de 2 mil 500 millones de pesos, de los cuales el FONDEN aportaría mil 250 millones de pesos y el resto con recursos de la metrópoli.
La segunda tarea tiene que ver con el apoyo a las personas damnificadas aunado a los apoyos que brinda el gobierno local.