En un acuerdo que aún debe ser aprobado por los tribunales, ambas aerolíneas deberán entregar derechos de aterrizaje y despegue, así como puertas de embarque en importantes aeropuertos de todo el país.
Este paso abrirá oportunidades para que líneas aéreas más pequeñas vuelen "más directo y conecten vuelos a través de todo el país cada día", consideró el vicefiscal general Bill Baer.
Como resultado, "los pasajeros de las aerolíneas verán más competencia en 'nonstop' (sin escalas) y rutas de conexión en todo el país", opinó el fiscal general Eric Holder. El acuerdo "tiene el potencial de cambiar el panorama de la industria aeronáutica", agregó.
Las terminales aéreas en las que podrán despegar más vuelos de aerolíneas baratas se encuentran en Boston, Chicago, Dallas, Los Angeles, Miami, Ronald Reagan en Washington y el neoyorquino LaGuardia, para vuelos domésticos.
American Airlines y US Airways anunciaron su proyectada unión en febrero. La fusión es una medida necesaria ante la insolvencia declarada por la matriz de American, AMR.
Tanto los acreedores como los accionistas de las empresas ya habían dado luz verde, al igual que la Comisión Europea bajo determinadas condiciones. Ahora ambas aerolíneas esperan sellar la fusión de 17,200 millones de dólares en diciembre. Un tribunal aún debe aprobar el acuerdo.
Para la aerolínea fusionada, las concesiones implicarán que diariamente saldrán 44 vuelos menos de Washington y 12 menos de Nueva York. Actualmente American Airlines y US Airways contabilizan a diario 290 y 175 despegues respectivamente.
A través de las recientes fusiones, se redujo una y otra vez el número de compañías aéreas en Estados Unidos. Delta y Northwest se unieron para convertirse temporalmente en la número uno del rubro y luego sellaron su propio acuerdo United y Continental, que la desplazaron de la cima.