El gran problema es que "los partidos políticos no están contribuyendo en nada en medio de sus pleitos (...) Vivimos una emergencia nacional y nadie está haciendo realmente un trabajo en serio", declaró Sicilia en una entrevista difundida por la
emisora MVS.
Juan Francisco Sicilia, hijo de este poeta mexicano y colaborador del semanario Proceso, apareció asesinado junto a otras seis personas el 28 de marzo en Temixco, urbe cercana a Cuernavaca, la capital del estado de Morelos.
Los siete jóvenes, cuyos cuerpos presentaban señales de tortura, murieron asfixiados, de acuerdo con la Procuraduría General de Justicia de Morelos (PGJM).
Javier Sicilia explicó este viernes que se encontraba en Filipinas cuando recibió la noticia y las condolencias del presidente Felipe Calderón.
"Me habló, estaba muy consternado y me dijo que él personalmente iba a presionar para que realmente (la investigación) se llevara hasta las últimas consecuencias", añadió.
El también ensayista y periodista se hizo eco públicamente del hartazgo de la sociedad frente a la violencia.
"Estamos cansados, muy dolidos. Cada muchacho que se está muriendo ya se está volviendo el hijo de cada uno de los seres de esta nación", declaró.
Según Sicilia, ni el Gobierno mexicano ni las autoridades de muchos estados del país están "tocando el corazón del problema".
"Por desgracia, el asunto no está fuera, está también dentro de las instituciones, y eso es terrible. Estamos destruyendo lo mejor de nuestra gente, de nuestros muchachos, los que tienen escasas posibilidades y son gentes de bien", y "los que no tienen oportunidades y están siendo carne de reclutamiento de los cárteles", añadió.
El procurador de Morelos, Pedro Luis Benítez, admitió ayer que entre los asesinos de Temixco podría haber exfuncionarios públicos, algo aún sin confirmar pues no hay arrestos consumados.
"Yo espero que se lleve hasta el final esto y que realmente se capture a los responsables", agregó.
Sicilia rechazó que su hijo y los otros seis asesinados fueran informantes del Ejército, como se manejó en algunas versiones que hacían referencia a un mensaje dejado al lado de los cadáveres.
Además, criticó "que ni siquiera las organizaciones mafiosas tienen códigos, podríamos llamar éticos, y están llamando lo que sea y a quien sea, es decir, no distinguen entre una puta y su madre".
México está sumido en "una descomposición demencial, demoníaca", según el escritor, quien llamó a los criminales a "que reconsideren sus códigos, que no pueden estar matando indiscriminadamente a inocentes".
También extendió un mensaje contra el desánimo de aquellos padres que, como él, hayan perdido a algún hijo en México.
"Esta nación está desgarrada absolutamente y le pido a cada uno de estos padres que han perdido un hijo que no cejemos, que nos unamos con estos grupos de solidaridad, con los amigos, con los que están luchando, para que esto no vuelva a suceder", concluyó.
En México, la ola de violencia asociada con el crimen organizado ha dejado más de 35,000 muertes desde 2006.