Un hecho así sólo es imaginable en las dictaduras que nadie quiere para México: castigar por opinar o por cuestionar a los gobernantes", dijo Aristegui en un concurrido encuentro con la prensa ante la que leyó un comunicado, sin contestar preguntas.
La empresa mexicana Multivisión (MVS), del empresario Joaquín Vargas, anunció hace dos días la decisión de despedir a la periodista, líder de audiencia matutina, por supuestamente "transgredir" el código de ética al divulgar una información que fue considerada como un "rumor".
El 4 de febrero pasado, en su programa de radio, Aristegui hizo referencia a una pancarta mostrada por el Partido del Trabajo (PT) en la tribuna de la Cámara de los Diputados que decía:"¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto? No, ¿verdad?, ¿y por qué lo dejas conducir al país?".
En sus comentarios la periodista se preguntó si el presidente mexicano, Felipe Calderón, tenía o no problemas de alcoholismo, tras lo cual MVS le pidió que se disculpara públicamente, lo que no sucedió y motivó la salida del aire de la comunicadora.
Al respecto Aristegui dijo hoy que la razón esgrimida por MVS "fue una coartada para tomar una decisión que le imponían" desde la Presidencia.
La periodista criticó que la Oficina de la Presidencia "de inmediato exigió a los dueños, que no a la periodista, una respuesta pública, inmediata, por la tremenda osadía".
Reconoció que el cuestionamiento era "duro pero de ningún modo injurioso o difamatorio. Tampoco se transgredía en ningún punto el código de ética que ha sido aludido", agregó.
Aristegui recordó que no es la primera vez que un mandatario de un país debe hacer frente a críticas y señalamientos, como lo hicieron en su día Bill Clinton, por un escándalo sexual, la brasileña Dilma Rouseff, sobre su salud, y recientemente Silvio Berlusconi, sobre sus supuestas relaciones sexuales con menores de edad.
"¿Por qué en México los empresarios de los medios pueden ser sometidos a presiones indebidas para que silencien a los comunicadores? ¿Por qué la sociedad mexicana se tiene que conformar con una sola visión de las cosas?", se preguntó Aristegui.
La comunicadora tuvo palabras de afecto hacia el dueño de MVS y hacia su familia, a quien estima y valora, señaló.
"Lamento sinceramente que sus nombres están siendo acribillados con insultos en las redes sociales por la decisión tomada", sostuvo.
La razón de fondo de su salida, según la comunicadora, es "el grado de vulnerabilidad en la que quedan quienes tienen negocios o concesiones en el mundo de las telecomunicaciones y los medios de comunicación en México", ya que MVS, a la espera de conocer si se renueva o no la concesión de 2.5 gigahertzios con la que cuenta, depende de una decisión que está "en el cajón del Presidente".
"Lo que debería ser técnico, jurídico y legal en la realidad es un asunto político y discrecional", añadió.
Finalmente tendió la mano a la empresa y le ofreció regresar si su integridad y profesionalismo son salvaguardados.
"Estoy dispuesta a regresar al aire este próximo lunes siempre y cuando se cumpla con una condición básica y única: que MVS anuncie que retira de forma oficial el comunicado emitido junto con mi salida en el cual afirma, falsamente, que transgredí nuestro código de ética y que promoví la difusión de rumores como noticias".
A la Oficina de la Presidencia le instó, por su parte, a "hacer una valoración de lo sucedido, serenamente, sin odios, con la seriedad que implica tomar decisiones a nombre de los otros, y aceptando, aunque no guste, que los ciudadanos y los periodistas" tienen derecho "a preguntar, a inquirir y a criticar", sobre lo que juzguen pertinente.
La Presidencia mexicana, a través de sus portavoces, ha negado que ejerciera presiones ante la empresa para lograr el despido de la reconocida periodista.