"Los niños más vulnerables y sus familias se enfrentan a consecuencias devastadoras tras la destrucción provocada por Yagi", subrayó June Kunugi, directora regional de Unicef para Asia Oriental y Pacífico, en un comunicado divulgado este miércoles.
Millones de personas en el Sudeste Asiático se han sido afectadas por los coletazos del tifón Yagi, el más fuerte en lo que va de año, sobre todo en Vietnam, donde golpeó el pasado 7 de septiembre, dejando más de 290 fallecidos, y Birmania, con varias zonas del país sumido en el conflicto aún anegadas y al menos 226 muertos.
En menor medida, Tailandia, Laos, Filipinas y China también registraron víctimas y centenares de afectados.
"La prioridad inmediata debe ser restaurar los servicios esenciales de los que los niños dependen de forma crítica, como agua limpia, educación y acceso sanitario. El aumento de los sucesos climatológicos extremos en el Sudeste Asiático es un triste recordatorio de que los niños más vulnerables suelen pagar el precio más alto", añadió Kunugi.
Unicef destaca que Yagi ha sumado lluvias torrenciales a la ya de por sí actual temporada húmeda en estos países, desbordando ríos y provocando letales aludes.
En total, más de 850 colegios y 550 clínicas han resultado dañadas por el tifón, la mayoría en Vietnam, aunque el recuento continúa.
En este país, alrededor de 3 millones de personas, incluyendo muchos niños, según la agencia de la ONU, no disponen de acceso a agua potable y medidas sanitarias, y 2 millones de niños no pueden ir a la escuela.
En Birmania, agrega Unicef, las inundaciones han "intensificado" la crisis de muchas comunidades que ya estaban desplazadas por el conflicto que asola el país, donde los militares que dieron un golpe de Estado en 2021 se enfrentan a la resistencia armada de milicias prodemocráticas y guerrillas étnicas en gran parte del territorio.
Según esta agencia, más de 320,000 desplazamientos han sido registrados en Birmania, con más de 170 muertes, menos de las confirmadas por el régimen castrense, que actualiza la cifra con lentitud y opacidad.
En el norte de Tailandia, el temporal ha impactado a casi 64,000 niños, y en Laos a otros 60,000, dice Unicef, que afirma estar distribuyendo ayuda en cada país.