Las fuertes lluvias que han caído en los últimos días en el centro del país han obligado a abrir los embalses por lo que el río ha crecido hasta los 13 metros de altura en las últimas horas.
Por el momento, la crecida del Tíber a su paso por Roma ha inundado algunas de las calles adyacentes como Prati Fiscali, Salaria o Tor di Quinto obligando a cerrarlas al tráfico, lo que está provocando importantes problemas de viabilidad.
El cuerpo de bomberos y la protección civil se han activado desde primeras horas de la mañana para vigilar el curso del río en su paso por el centro de la ciudad ante posibles nuevas crecidas.
Ayer se tuvo que retirar una de las barcazas que arrastradas por la corriente se habían encallado bajo uno de los puentes, el Milvio.