"Los parques de Disney tienen una larga historia de ayudar a hospitales y comunidades, desde la década de los años 30, cuando el propio Walt llevaba a los diferentes personajes y animadores de Disney a interactuar con la comunidad”, indicó un comunicado del gigante del entretenimiento.
"Hoy en día seguimos compartiendo la magia de Disney a través de contribuciones, colaborando con organizaciones sin fines de lucro, regalos y el voluntariado de nuestros empleados. Esas son algunas de las formas en las que Disney aporta cambio positivo y duradero en diferentes comunidades en el mundo", agregó la empresa.
Según informaron los parques de Disney, el equipo donado incluye más de 100,000 máscaras N95, las que según las autoridades sanitarias protegen en un 100 por ciento del coronavirus, además de 150,000 ponchos plásticos.
Este material irá principalmente a hospitales de Nueva York, California y Florida, los estados más afectados.
Además, los parques y los hoteles, situados en las ciudades de Orlando y Los Ángeles, comenzaron a distribuir los alimentos que tenían destinados a sus huéspedes y visitantes entre organizaciones que se encargan de alimentar a las familias más vulnerables en localidades cercanas, como el Second Harvest Food Bank.
"Estas donaciones no serían posible sin la dedicación de los miembros de nuestro equipo que trabaja detrás de escena, que recolectan separan y entregan cada alimento, para verificar que sea entregado con el mayor nivel de frescura posible", indicó Tajiana Ancora-Brown, directora de asuntos externos en Walt Disney World Resort.
Los parques de Disney anunciaron el 13 de marzo su decisión de cerrar todas sus instalaciones en California y Florida, además del que tiene la empresa en París (Francia), para participar en las recomendaciones de aislamiento social como herramienta para detener la COVID-19.
El número de personas contagiadas por el coronavirus superó ya los 200,000 en EE.UU., que ha registrado hasta el momento 4,476 fallecidos, de los que más de una cuarta parte se han producido en el estado de Nueva York, según los últimos datos de la Universidad de Johns Hopkins.