Esa plataforma calcula que los Veintisiete gastan hasta el 60 % de los fondos de la Política Agraria Común (PAC), unos 32,100 millones de euros al año, en actividades "que fomentan la agricultura insostenible a gran escala".
"Esta impresionante cifra equivale aproximadamente al gasto anual completo de gobiernos nacionales como Croacia y Luxemburgo (...). Los gobiernos de la UE deben reorientar urgentemente el gasto público hacia imperativos ambientales y sociales", declaró en un comunicado el director de Política y Estrategia para Europa de WWF, Tycho Vandermaesen.
WWF también detecta otros "subsidios directos que están contribuyendo significativamente a la pérdida de naturaleza" en actividades como la pesca (entre 59 y 138 millones de euros), infraestructuras de transporte (entre 1,700 y 14,100 millones), o infraestructuras hídricas (entre 1,300 y 2,000 millones).
La organización medioambientalista subraya que los datos del informe contrastan con las necesidades identificadas por la Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030, que requiere unos 48,000 millones de euros anuales para financiar actividades, de forma que los agricultores, los terratenientes y las comunidades rurales y costeras puedan "proteger y restaurar efectivamente la biodiversidad".
Actualmente, la Unión Europea y sus Estados miembros tienen un agujero de financiación en ese capítulo de más de 18,000 millones anuales, agregó WWF, que entiende que "redirigir estos subsidios podría cerrar fácilmente la brecha financiera".
A menos de un mes de las elecciones al Parlamento Europeo, esa ONG ecologista llama a los gobiernos e instituciones de la UE a garantizar por ley que se eliminen "los subsidios que dañan la biodiversidad, y redirigirlos hacia soluciones basadas en la naturaleza que podrían proteger mejor a los ciudadanos europeos de los impactos del clima".
La organización hizo extensivo su llamamiento a las instituciones comunitarias y Estados miembros para que acaben también con los subsidios a los combustibles fósiles.