La razón fue que el sistema de pronóstico meteorológico y de la calidad del aire predijo que las condiciones de viento para el jueves serían suficientes para dispersar los contaminantes y la calidad del aire mejoraría. Por ello, a pesar de que se registraron valores de 154 puntos en el Índice de Calidad del Aire en la estación Santa Fe, Delegación Cuajimalpa, y la Fase I de contingencia ambiental se activa a los 150 puntos, se resolvió no declarar contingencia ambiental.
El sistema de predicción de calidad del aire es un modelo de predicción físico-matemático que fue desarrollado por la Dirección de Monitoreo Atmosférico de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), en colaboración con el Centro Nacional de Supercomputación (CNS) de Barcelona, y considera diferentes elementos para predecir con 24 horas de anticipación la calidad del aire en las distintas regiones de la megalópolis.
¿Cómo predice la calidad del aire el modelo?
El sistema de pronóstico de la calidad del aire conjunta las mediciones en tiempo real de los contaminantes de la megalópolis, un modelo de predicción meteorológico que permite conocer condiciones de viento, precipitación, radiación solar, altura de la capa de mezcla y temperatura, y un modelo de emisiones que utiliza los datos recolectados, con dos años de anterioridad, de las emisiones contaminantes en la zona metropolitana y con ellos estimar la cantidad de gases que se emiten cada hora y su distribución espacial.
Este último modelo es bastante complejo, pues realiza un cálculo, hora por hora, de los contaminantes emitidos por las industrias, pero también el emitido por los vehículos circulantes, que cambia a cada momento por las condiciones del tráfico según el día de la semana, la hora del día y la región de la ciudad, detalla Tanya Müller, titular de la Sedema.
Además de los elementos ya mencionados, el sistema de pronóstico tiene la capacidad de analizar el transporte químico en la atmósfera, que se refiere a todas las reacciones químicas que se dan entre los contaminantes que existen en ella.
Esto gana importancia al considerar que los contaminantes en el aire no son compuestos inertes, son capaces de reaccionar entre ellos y formar nuevos contaminantes. Situación que ocurre con el ozono, que se forma por la reacción entre óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles en presencia de radiación solar, razón por la cual en estos meses de sol y altas temperaturas el ozono aumente hasta provocar la activación de contingencias ambientales.
El modelo y las falsas alarmas
Cuando la Came, que es el único organismo con la facultad de declarar una contingencia ambiental, activa la Fase I, las medidas de control como la suspensión de servicios de pintura al aire libre o la suspensión de la circulación de ciertos vehículos, comienzan su aplicación al día siguiente de la declaración oficial de contingencia, explica Martín Gutiérrez Lacayo, coordinador ejecutivo de la Came.
Pero es posible que las condiciones meteorológicas de viento o de precipitación ayuden a mejorar la calidad del aire al día siguiente de la declaración de contingencia y debido a que la suspensión de la contingencia de igual forma aplica hasta el día siguiente de la declaración, se pueden tener días de buena calidad del aire pero con declaratorias de contingencia ambiental.
De hecho, el año pasado, de las 10 contingencias y cuatro precontingencias que se decretaron, cinco tuvieron que ser canceladas al día siguiente, debido a que las condiciones climatológicas mejoraron la calidad del aire de la urbe, ejemplifica Martín Gutiérrez. Y considera que este año, gracias al modelo de pronóstico, podrán evitarse estos casos.
El modelo y las alarmas reales
A pesar de que puedan evitarse las declaratorias de contingencias por las predicciones de mejora en la calidad del aire, el día en que se alcanzan altos niveles de contaminantes, los ciudadanos están expuestos a ellos y ponen en riesgo su salud.
El sistema de pronóstico también puede ser una ventaja en estos casos, explica Martín Gutiérrez. Se puede utilizar para analizar riesgos de contingencia con un día de anticipación y coordinar acciones entre los municipios del Estado de México y las delegaciones capitalinas para que controlen fuentes puntuales de contaminación, que apliquen horarios escalonados y otras medidas para evitar llegar a la contingencia. También podemos ir advirtiendo a la ciudadanía qué hacer y qué no hacer para proteger su salud al día siguiente.
Tanya Müller considera que los medios de comunicación podrían utilizar los mapas generados por el sistema de pronóstico de la calidad el aire como utilizan los del pronóstico meteorológico y aunque, como todo pronóstico, no da un 100 por ciento de certeza, ayudaría para alertar a la población a cuidar de su salud.
“La Ciudad de México ya contaba con un sistema de monitoreo de la calidad del aire en tiempo real, pero era necesario contar con información anticipada para dar recomendaciones y tomar acciones preventivas para proteger la salud de los ciudadanos, para esto necesitábamos el modelo de pronóstico”, concluye la titular de la Sedema.