"Van de acampada, van de excursión, observan la vida silvestre y ahora podrán hacer todo eso sintiéndose un poco más seguros", dijo el detective del condado Argemis Colome durante la presentación del nuevo modelo de bote.
Con apariencia similar a los míticos hidrodeslizadores que, propulsados por una inmensa hélice trasera y un potente motor, surcan las aguas del humedal más grande de EE.UU., el nuevo "bote de aire", como también se le conoce, ha costado construirlo 75,000 dólares, según recoge el medio Local 10.
De acuerdo con las autoridades, con esta opción de patrulla se podrá acceder a zonas apartadas donde solo llegaba en helicópteros.
Las noticias de avionetas de instrucción que durante las prácticas caen a las aguas de los Everglades son bastante comunes.
Colomé dijo que es importante que la gente sepa que, "si llaman al 911 (número de emergencias)", van "a poder salir de manera mucho más eficiente y rápida".
"Esta herramienta nos ayudará a salir, no solo para disuadir el crimen, sino también para cuidar a las personas que están cometiendo actividades ilegales e incluso crueldad animal", sostuvo el oficial.
El ruido provocado por los deslizadores y las molestias que causan a la fauna del parque son los principales motivos que llevaron en 2015 a las autoridades de Florida a proceder a la retirada paulatina del medio de transporte.
John Adornato, director regional de la Asociación para la Conservación de Parques Nacionales, aseguró ese año a CBS News que el Parque Nacional de los Everglades "no es el patio trasero de algunos vecinos".
Adornato se mostró crítico con estos hidrodeslizadores por el molesto ruido que hacen sus motores y cómo asustan a los pájaros, hasta el punto de que algunos abandonan sus nidos, además de interferir en el flujo natural del agua.
Durante casi un siglo, los hidrodeslizadores se han desplazado por los terrenos que rodean los Everglades pero, en 1989, toda la zona fue incorporada al Parque Nacional, donde estas embarcaciones a motor se han visto fuera de sus límites de operación.
Por ello, en los últimos años los propietarios de los deslizadores han mantenido una disputa con el Servicio del Parque Nacional por su supervivencia y el derecho a trasladar a bordo a turistas y residentes.
El más famoso humedal del planeta y símbolo de la defensa ambiental sobrevive en permanente amenaza por la contaminación del suelo, el desarrollo urbano desmesurado, el cambio climático y el aumento del nivel del mar, según los científicos y ambientalistas.
Este ecosistema subtropical es refugio de millares de aves zancudas que emigran todos los años de lugares remotos y de una rica variedad de flora y fauna.