Es vital "desarrollar la capacidad de adaptación y la resiliencia" de los bosques, ya que son "esenciales" para combatir el cambio climático, señaló a EFE Amy Duchelle, líder del equipo 'bosques y clima' de la división de la actividad forestal de la FAO.
En el informe se analizan 18 proyectos en todo el planeta, entre ellos en Colombia, Guatemala, Brasil, Panamá y Perú, en los que ya se han aplicado innovaciones tecnológicas, sociales, políticas, institucionales y financieras para la promover la conservación, restauración y utilización sostenible de los bosques.
"La innovación tecnológica, como un mejor seguimiento forestal, puede ayudarnos a gestionar mejor nuestros bosques", aseguró Duchelle, quien destacó también que las innovaciones sociales, políticas e institucionales "son igualmente importantes para el manejo forestal sostenible".
Y subrayó que, además, "los nuevos productos forestales, como los edificios hechos de madera en masa, pueden ayudarnos a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles".
Según el informe, el probable aumento de la demanda de madera y las amenazas climáticas obligan a un nuevo planteamiento de la gestión de los bosques y las tierras y la actividad forestal y estas innovaciones "están ayudando a utilizar los bosques de manera sostenible y a crear cadenas de valor verdes", así como para detener la deforestación.
En el documento se analiza un proyecto con poblaciones nativas de todo el mundo: "La innovación en este caso es reconocer y valorar el uso y manejo tradicional del fuego por parte de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en las políticas públicas y acciones del manejo integrado del fuego" para evitar los incendios forestales, explicó Duchelle.
La responsable de la FAO subrayó asimismo que "los bosques ya están sometidos a una gran presión debido al cambio climático" y cada vez son más sensibles a amenazas como incendios forestales y plagas, además, las previsiones del informe indican que la demanda de madera podría aumentar hasta un 49% en 2050.
Los datos recogidos en el informe apuntan que la deforestación está disminuyendo en algunos puntos del planeta como en la Amazonia legal de Brasil, que se redujo un 50% en 2023, pero sin embargo, la producción de madera ha alcanzado niveles sin precedentes, en torno a los 4,000 millones de metros cúbicos anuales.
"Las políticas y prácticas de gestión forestal sostenible son la base para equilibrar los objetivos de conservación y producción", según Duchelle, que cita como ejemplo "la certificación forestal".
Esta consiste en "un proceso mediante el cual un tercero independiente, el 'certificador', evalúa la calidad del manejo y la producción forestal frente a un conjunto de requisitos, 'estándares', predeterminados por una organización de certificación pública o privada", explicó.