En el décimo mes del año, el indicador se situó en los 50.6 puntos, por encima de los 50 de septiembre; según Caixin, se trata de la tasa de expansión más alta desde junio.
En este índice, que elabora la compañía de información económica británica IHS Markit y que muchos inversores internacionales toman como referencia, un registro por encima del umbral de los 50 puntos supone un crecimiento de la actividad con respecto al mes anterior y por debajo, contracción.
El dato contrasta con el PMI oficial, publicado ayer por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), que mostró una caída de 0.4 puntos con respecto a septiembre hasta los 49.2 puntos, lo que supuso un segundo mes consecutivo de contracción.
Caixin, por medio de su economista Wang Zhe, explicó que, según sus mediciones, en octubre se registró el mayor aumento de nuevos pedidos de los últimos cuatro meses, principalmente debido al repunte de la demanda interna, ya que la proveniente desde otros países se redujo por tercer mes consecutivo.
Pese a recibir más pedidos, las compañías manufactureras experimentan una "ligera" reducción de su capacidad de producción -también, la tercera vez consecutiva- debido a la crisis energética que atraviesa China, la escasez de materiales y el aumento de los costes operativos.
Esto se tradujo en un leve aumento de la pérdida de empleos en el sector manufacturero y una mayor acumulación del trabajo pendiente.
Aunque Wang asegura que los fabricantes que participaron en la encuesta de Caixin "siguen siendo optimistas" de cara al futuro de sus negocios y de la demanda de mercado, también reconoció que algunos "se mostraron preocupados" por los problemas de las cadenas de suministros.
El economista, que indicó que el citado repunte de la demanda interna venía dado por el control de los rebrotes de la covid, advirtió de que precisamente la rápida aparición de nuevos contagios en diversas partes del país desde finales de octubre podría suponer "nuevas perturbaciones económicas".