"Estas cuestiones son cruciales para la humanidad. Así que, más allá de los términos técnicos y las discusiones, se trata realmente de la vida, se trata de nuestro bienestar", declaró este viernes el secretario ejecutivo de la UNCCD, Ibrahim Thiaw, en la rueda de prensa del cierre del foro.
"Y saber que el 40 % de la superficie terrestre del planeta ya está degradado por la actividad humana, creo que es una llamada a la acción", agregó Thiaw, al señalar que se negociaron una treintena de decisiones en una atmósfera "extremadamente positiva".
"No sé si es el clima, si está ligado a la amabilidad de los marfileños o son las condiciones. Pero no hemos visto la hostilidad que suele haber en estas COP internacionales", aseguró el secretario ejecutivo, al enfatizar que, aunque todo el mundo ha defendido sus opiniones, no ha habido "mucha controversia".
Bajo el lema "Tierra. Vida. Legado: de la escasez a la prosperidad", la COP15 que comenzó el pasado 9 de mayo en Abiyán, capital económica de Costa de Marfil, ha buscado concretar las acciones para cumplir el compromiso de restaurar mil millones de hectáreas de tierras degradadas de aquí a 2030.
La conferencia también ha abogado por impulsar la preparación, respuesta y resiliencia ante las sequías, proteger el uso de la tierra contra los impactos del cambio climático, hacer frente a los crecientes riesgos de catástrofe (como las tormentas de arena y polvo) y abordar la desertificación y la degradación de la tierra (motores de la migración forzada y el desplazamiento), entre otros.
LA DEGRADACIÓN DEL SUELO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
En este sentido, Thiaw destacó la correlación entre la gestión sostenible de la tierra y el clima, al recordar que hasta una cuarta parte de las emisiones internacionales de gases de efecto invernadero proceden del suelo.
"Así que cuanto más degradamos la tierra, más gases de efecto invernadero aportamos y más contribuimos al fenómeno de la degradación, del cambio climático", subrayó.
Durante esta conferencia se ha adoptado también el denominado "Llamamiento de Abiyán", emitido por los jefes de Estado y de Gobierno que asistieron a la cumbre, liderados por el anfitrión y presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, el 9 de mayo.
El "Llamamiento de Abiyán" insta a dar la máxima prioridad al problema de la sequía y refuerza el compromiso de conseguir la neutralidad en la degradación de la tierra para 2030, lo que implica un mantenimiento estable o un aumento de la calidad de las tierras.
Igualmente, se firmó la "Declaración de Abiyán", focalizada en lograr la igualdad de género para el éxito de la restauración del suelo, sugerida en uno de los eventos celebrados durante la COP que fue presidido por la primera dama marfileña, Dominique Ouattara.
Thiaw calificó esta COP de "excepcional" por el número de decisiones tomadas, pero también por los cerca de 7,000 participantes, la divulgación en la prensa (unos 4,000 artículos publicados en 120 países y 40 idiomas), y por el compromiso tanto por parte de los políticos como del público en general en todo el mundo.
Esta conferencia ha reunido a jefes de Estado, ministros, líderes del sector privado, científicos, ONG y organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de llamar a la acción para garantizar que los suelos continúen beneficiando a generaciones presentes y futuras.
La COP15 se celebró tras la reciente publicación de la segunda edición de Perspectiva Global de la Tierra (Global Land Outlook 2), informe insignia de la UNCCD que reúne la información más completa sobre el tema hasta la fecha tras cinco años de elaboración.
Ese estudio proyecta que, si nada cambia hasta 2050, se producirá una degradación adicional de un área del tamaño de América del Sur.
Advierte, además, de que en torno al 40 % de la superficie terrestre está degradado por la sobreexplotación agrícola de los suelos y la acción humana, una situación que afecta directamente a la mitad de la humanidad.
Esa realidad se volverá a analizar en la COP16, que albergará Arabia Saudí en 2024.
La UNCCD, en vigor desde 1996, es el único acuerdo internacional legalmente vinculante sobre cuestiones relacionadas con el suelo terrestre, promoviendo su buena administración y tratando de mitigar los efectos de su degradación.