Especialistas comparten hallazgos subacuáticos en Tulum

Pilar Luna, considerada la gran pionera de la arqueología subacuática en México, ha dedicado su vida a esa disciplina a través de la coordinación de proyectos en aguas continentales y marinas, y esta noche compartió sobre los nuevos descubrimientos del Proyecto Arqueológico Subacuático "Hoyo Negro".

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Luna Erreguerena explicó que dicho proyecto es uno de muchos que lleva a cabo con éxito la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en las aguas continentales y marinas de la República mexicana.

El Museo Nacional de Antropología fue escenario de esta y otras conferencias; la primera estuvo a cargo de la arqueóloga Pilar Luna, investigadora de la SAS y coordinadora general del proyecto, quien presentó una visión general del mismo, por lo que abarcó el descubrimiento, los primeros retos, principales hallazgos y algunas de las avanzadas tecnologías empleadas en el estudio de este sitio descubierto en 2007.

El descubrimiento se debe a los espeleobuzos Alejandro Álvarez, Alberto Nava y Franco Attolini, miembros del Proyecto Espeleológico Tulum (PET), explicó la especialista, al hablar de los descubrimientos realizados en el último año en esta investigación que ya ha despertado gran interés por parte de científicos y expertos de México y el extranjero.

Sin embargo, James C. Chatters, Blaine W. Schubert, y Joaquín Arroyo-Cabrales, investigadores clave y fundamentales dentro del programa, pidieron a los medios de comunicación asistentes no grabar ni videograbar sus conferencias, debido a que sus investigaciones aún no han sido publicadas; así es el protocolo en estos casos.

La conferencia de James C. Chatters, del Laboratorio Applied Sciences/Direct AMS, de Washington, codirector del proyecto, se tituló "¿Cómo sobrevivieron los restos de ‘Naia’ para enseñarnos sobre la vida del Pleistoceno en América?", el año pasado describió lo que el equipo de científicos ha aprendido acerca de esta joven prehistórica y su vida.

Este año se refirió al aspecto tafonómico, que estudia lo que le pasa a una persona o a un animal entre su último instante de vida y el momento en que es descubierto como un fósil. Chatters se enfocó en la macro-tafonomía, es decir, lo que es posible aprender del patrón que en este caso guardan los huesos humanos y de los animales en "Hoyo Negro".

Conversó de cómo a través de su condición física es posible saber por dónde entró "Naia" al sitio y qué pasó con sus restos desde que murió. El esqueleto humano conocido como "Naia" (en analogía con las náyades de la mitología griega), es de una joven que murió cuando tenía entre 15 y 17 años, hace casi 13 mil años en lo que hoy es la Península de Yucatán.

Para el especialista, este esqueleto es el más antiguo y más completo recuperado hasta hoy en América, y se considera como uno de los eslabones faltantes para confirmar que algunos de los nativos contemporáneos provienen de aquellos grupos que cruzaron desde Siberia por Beringia (actual Estrecho de Bering) hacia el ahora Continente Americano.

A su vez, Blaine W. Schubert, director ejecutivo del Centro de Excelencia en Paleontología, y profesor de Geociencias en la Universidad Estatal de Tennessee del Este, y Joaquín Arroyo-Cabrales, jefe del Laboratorio de Arqueozoología de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, ambos paleontólogos del Proyecto "Hoyo Negro", informaron sobre los animales hallados en este lugar.

Explicaron, ante estudiantes, investigadores y académicos, que se trata de 44 especies, 15 identificadas y ocho extintas, discutiéndolos a la luz de dos amplios temas: el Gran Intercambio Biótico Americano (GIBA) entre América del Norte y Sudamérica, y las grandes extinciones ocurridas al final de la última Edad de Hielo.

Debido a que la región entre el sur de México y Sudamérica es tropical, el registro de fósiles ha sido, en general, pobremente representado.

Los descubrimientos realizados en algunas de las cuevas sumergidas en la Península de Yucatán están cambiando esto, ya que los esqueletos fósiles que contienen, están extraordinariamente bien preservados, lo que permite una mejor comprensión del GIBA, de la diversidad existente en el pasado y de las extinciones de megafauna.

Chatters es antropólogo forense, arqueólogo y paleontólogo, reconocido por sus investigaciones sobre el Hombre de Kennewick; Schubert es especialista en el estudio de fósiles de mamíferos, reptiles y anfibios, y en paleontología de cuevas, y Joaquín Arroyo-Cabrales es un destacado experto en mamíferos del periodo cuaternario, sobre todo en murciélagos.

Fuente: Notimex