El Reino Unido cierra su última planta eléctrica alimentada por carbón

El Reino Unido eliminará este lunes el carbón de su producción eléctrica al cerrar, al fin de la jornada, su última central alimentada por ese mineral, lo que supone un hito en el país que introdujo el uso de ese combustible a finales del siglo XIX.

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En la imagen de archivo, la planta de Ratcliffe-on-Soar en el año 2022. EFE/ Neil Hall

La clausura de la planta de Ratcliffe-on-Soar (centro de Inglaterra), que empezó a operar en 1968 con cuatro calentadores y una chimenea de 199 metros, supone un punto de inflexión en la trayectoria de un país que desde 1882 fue símbolo de la energía obtenida por el carbón.

El Reino Unido se convierte de esta forma en la primera de las economías del G7 que elimina por completo el carbón de su generación eléctrica.

Muchos de los 170 empleados seguirán contratados para llevar a cabo en los próximos dos años el proceso de desmantelamiento de la infraestructura, según las autoridades.

Según una encuesta realizada por Climate Outreach y More in Common difundida hoy, dos tercios de los británicos (65 %) apoyan el paso de los combustibles fósiles a las renovables, mientras que solo un 8 % se oponen a ello.

El director de políticas de Greenpeace UK, Doug Parr, opinó este lunes que la eliminación del carbón ha sido posible "gracias al rápido avance de las energías renovables".

"El Reino Unido da un ejemplo que el resto del mundo debe seguir si queremos detener la devastación causada por la crisis climática y la polución del aire", afirmó.

Parr destacó que la transición ha de hacerse en conjunto con los sindicatos para asegurar otras oportunidades para los trabajadores.

Ocho enormes torres de refrigeración (de 114 metros cada una y paredes de 18 centímetros) se erigían sobre la planta de Ratcliffe-on-Soar, con una capacidad de generación de dos gigavatios, suficientes para abastecer de electricidad a dos millones de hogares.

La última entrega de carbón llegó el pasado junio en tren, que normalmente transportaba hasta 15.000 toneladas de combustible.

El centro de estudios Ember, cuyo objetivo es acelerar la transición a fuentes limpias, publicó un análisis que indica que el Reino Unido experimentó un rápido desplazamiento del carbón, al pasar de suponer un 39 % de su generación eléctrica en 2012 a un 0 % a partir de octubre.

La organización señaló que, desde 2012, las cuotas de la eólica y la solar en la generación de electricidad "pasaron del 6 al 34 %, mientras que el gas solo aumentó ligeramente, del 28 al 34 %".

De acuerdo con Ember, la eólica y la solar conjuntamente desplazaron 28 millones de toneladas de carbón y evitaron 2,900 millones de libras (3,440 millones de euros) en costes de combustible (en precios de 2023).

Desde 2012, las emisiones del sector eléctrico se redujeron un 74 %, de 160 MtCO2e a 41 MtCO2e, pues el Gobierno, que aspira a la carboneutralidad para 2030, cerró o reutilizó con otros combustibles 15 centrales eléctricas de carbón, hasta el cierre de la última este mes.