Durante las últimas décadas las políticas de desarrollo urbano y turístico costero en México han respondido a un modelo de turismo masivo, que frecuentemente inicia con desarrollos integralmente planeados y que luego tiende al crecimiento descontrolado y a la sobre densificación turística e inmobiliaria, sobrepasando la capacidad de carga de los frágiles sistemas naturales.
Este es el mayor desafío que enfrenta la conservación de los ecosistemas marinos y costeros de México.
El país cuenta con instrumentos legales para regular el cambio de uso del suelo, asegurar la disponibilidad del agua y promover el aprovechamiento sustentable de los ecosistemas marinos y costeros, tales como los ordenamientos territoriales, las áreas naturales protegidas y las reservas de agua para el ambiente.
A unos días de celebrarse el Día Mundial de los Humedales el próximo 2 de febrero, WWF reitera su postura:
La conservación de los manglares, lagunas costeras y arrecifes coralinos debe ser una prioridad para México, por lo que se debe aplicar - sin excepciones - la Norma 059 para detener su destrucción y el artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre.
Para proteger el capital natural de la Nación, y al mismo tiempo dar certidumbre a los inversionistas, es impostergable? iniciar una consulta amplia y transparente que documente las lecciones aprendidas, y que evalúe y mejore el proceso de elaboración y aprobación de las manifestaciones de impacto ambiental (MIA). Dicha consulta debe involucrar expertos de la academia, las organizaciones sociales y el gobierno.