La secretaria de Interior de Estados Unidos, Deb Haaland, emitió este miércoles una orden para reducir la venta de estos productos e identificar alternativas sostenibles como materiales compostables o 100 % reciclados.
Entre los artículos que la oficina espera eliminar de los casi dos millones de kilómetros cuadrados de terrenos públicos del país están las pajillas, las botellas y las bolsas de plástico de un solo uso.
Según datos de la ONG Plastic Oceans International, de las 380 millones de toneladas de plástico que los seres humanos producimos cada año, se estima que alrededor de la mitad corresponden a productos que se usan solo una vez antes de tirarlos a la basura.
Una enorme cantidad de estos plásticos acaba en el océano —más de 10 millones, según el grupo—, lo que mata a un millón de animales marinos cada año.
Además, se estima que los seres humanos acabamos consumiendo unos 18 kilos del material a lo largo de nuestra vida, a través de microplásticos que llegan a nosotros por la cadena alimentaria.
En 2011 algunos parques naturales estadounidenses prohibieron la venta de botellas de agua de plástico, lo que redujo en 2 millones el número de botellas producidas cada año hasta que la Administración del expresidente Donald Trump (2017-2021) revocó la norma.