De Huesca a la "Eurovisión" de árboles, la historia de la carrasca milenaria

La carrasca milenaria de Lecina ha permanecido durante mil años como testigo silencioso de la historia de España, de la vida de los vecinos de la zona y de firmas de acuerdos. Ahora a su longeva historia se añade un nuevo hito: aspira a convertirse en Árbol Europeo del año.

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Cuenta una vieja leyenda oscense que hace muchos años la carrasca milenaria de Lecina, una pequeña localidad de 13 habitantes situada en Huesca, estaba rodeada por unos impenetrables y misteriosos bosques en los que habitaban seres místicos como las brujas.

El bosque y las brujas terminaron por desaparecer, pero la carrasca permaneció como testigo silencioso de la historia de España, de la vida de los vecinos de la zona y de firmas de acuerdos y bodas.

Ahora a su mágica y longeva leyenda se añade un nuevo hito: la carrasca aspira a convertirse en Árbol Europeo del año tras ganar a las Moreras de la Cala del Moral (Málaga) en la categoría española el pasado año.

Sus más de 30,000 votos han logrado que se coloque en los puestos más altos de la votación frente a otros 13 países que rivalizan por el título este año.

Por su puesto, la noticia ha sido recibida con gran ilusión por parte de María José y Felisa, las dueñas del gran encinar que durante generaciones ha pertenecido a su familia.

"Mi padre Nicolás le tenía un cariño especial al árbol, lo cuidaba muchísimo y siempre había luchado porque lo respetaran. Y aunque por desgracia ya no esté aquí sé que estaría muy contento", cuenta en una conversación telefónica con Efe María José.

Nicolás dedicó muchos esfuerzos por preservar el bienestar de la carrasca milenaria.

En los años de posguerra rehusó decenas de propuestas para talarlo y convertirlo en carbón. E incluso logró protegerlo de algunos "escaladores" con algo de picaresca "Para que la gente no trepara por el árbol, mi padre lo untaba de manteca de cerdo, así la gente que quería subirse se mancharía y desistiría", relata Felisa, una historia que se ha quedado ya como anécdota del pueblo.

A parte de lo emotivo, las hermanas ven en el concurso una oportunidad para lograr poner el foco de las administraciones públicas en la zona y que lleguen ayudas para combatir el abandono y la despoblación.

SÍMBOLO DE LECINA

La carrasca milenaria es a día de hoy todo un símbolo para los habitantes del pequeño pueblo de Lecina, e incluso de la zona, por su longevidad, historia y fisonomía que lo hace único.

Sus 16 metros de altura y 7 metros de diámetro la convierte en un imponente protagonista de este paisaje del altoaragonés, llegando a proyectar una sombra que "puede acoger a hasta 600 ovejas", explica Miguel Ángel Blasco, teniente alcalde de Bárcabo (municipio al que pertenece Lecina).

La llegada al concurso fue casi "un poco de rebote", confiesa. Todo empezó gracias a Isabel García, eurodiputada socialista, que propuso a las autoridades locales presentar la candidatura y estas se mostraron encantadas con la idea.

Aunque la encina ya era conocida en la zona, en las últimas semanas ha llegado una auténtica avalancha de visitantes. "El pasado domingo el aparcamiento a la entrada del pueblo estaba desbordado", afirma Blasco.

Pero ¿cómo puede un árbol recibir 2,000 veces más votos que habitantes tiene su pueblo?

La clave ha sido la involucración de autoridades y vecinos para que la noticia de la candidatura atraviese las propias fronteras de Aragón.

A parte de la proyección en medios y redes sociales, las escuelas públicas de la región han logrado movilizar a la comunidad estudiantil e incluso famosos a nivel nacional han hecho campaña por la carrasca.

"Para nosotros representa la unión del árbol con la tierra como la de los vecinos con el medio rural, con el afán de resistir, y creemos que es algo común en todas las zonas rurales de España", explica Clara Bosch, del portal de turismo Huesca La Magia.

CONCIENCIA AMBIENTAL

"Nuestro objetivo es promover el patrimonio natural local. No se trata sólo de cuidar los viejos árboles como la herencia que tenemos de nuestros antepasados, sino también de dar algo a nuestras futuras generaciones", detalla a Efe el coordinador del concurso, Josef Jary

Organizado durante 11 años por Asociación para la Colaboración Medioambiental, el concurso enfrenta a 16 países europeos en un particular "eurovisión"" de árboles en el que buscan ejemplares "con una historia detrás que de alguna manera conecten a la gente a nivel local", cuenta Jary.

"A veces, aunque el árbol no sea el más bonito, su historia es muy atractiva y empiezas a votar por ello. Y ése es el objetivo principal, transmitir la tradición y la comunicación entre la gente y entablar un diálogo", afirma.

De las 200 candidaturas que concurrieron en la primera fase del concurso, los 14 participantes restantes (2 países se cayeron de la lista por la pandemia) competirán hasta finales de febrero por lograr el título de Árbol Europeo 2021.

Hasta entonces, la carrasca milenaria deberá continuar enfrentándose al Plátano de Curinga (Italia) con quien en las últimas semanas van intercambiando primer y segundo puesto. El ganador se desvelará el próximo 17 de marzo.