El conservador Johnson anunció el miércoles su llegada a la región con una fotografía, publicada en su cuenta oficial de Twitter, en la que aparece en lo alto de la escalinata del jet privado con el que se desplazó desde Londres a Newquay, a unos 400 kilómetros de la capital.
En el mensaje, aprovechó para recordar el compromiso del Reino Unido con una salida "mejor, más justa y más verde" de la pandemia, un objetivo que trasladó también al resto de líderes del G7, las siete economías más desarrolladas, que se reúnen a partir de este viernes durante tres días.
Políticos y activistas medioambientales calificaron a Johnson de "incoherente" por elegir desplazarse en avión, en lugar de en tren -un medio mucho más habitual para los británicos que visitan Cornualles-, a una cumbre cuya agenda estará muy marcada por la lucha contra la crisis climática a nivel global.
Desde la oposición, el responsable laborista de Medio Ambiente reprochó en redes sociales al primer ministro su decisión de volar en jet y señaló que "no hay línea de tren de Cornualles a Washington o Tokio, pero sí a Londres".
Por su parte, el Partido Verde británico cargó contra Johnson por "presumir de una revolución industrial verde" y después priorizar el avión frente al tren: Hay una gran brecha entre la retórica climática de Boris y la acción climática".
Ante la lluvia de críticas, el primer ministro se excusó en declaraciones a la prensa argumentando que "el Reino Unido lidera el desarrollo de combustible sostenible para aviación".
"Una de las líneas del plan de diez puntos para nuestra revolución industrial verde es llegar a la aviación de emisión cero, además de lograr una huella de carbono cero", justificó Johnson.
La controversia llega pocas horas antes del encuentro este jueves del líder británico con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una reunión que aspira a cerrar un nuevo compromiso bilateral de cooperación en desafíos como la emergencia climática y la seguridad.