"Nuestras reformas pretenden revertir la tendencia en este país: de la destrucción de la naturaleza a su reparación", dijo la ministra laborista, en un comunicado al anunciar un plan para reformar la ley medioambiental del país oceánico de 1999.
La propuesta incluye la implementación de nuevos estándares nacionales vinculantes, así como la creación de una agencia de protección medioambiental independiente que tendrá el poder de decidir sobre la gestión de importantes recursos naturales como el agua y el gas, que son claves para la economía australiana
Esta agencia de protección medioambiental "será responsable de la evaluación de los proyectos, las decisiones y las aprobaciones posteriores", de acuerdo a un documento que detalla este plan publicado en el portal oficial.
Asimismo, el Gobierno australiano- que espera presentar el proyecto de ley sobre la materia a mediados de 2023, contempla acelerar las decisiones sobre el desarrollo de proyectos empresariales, así como un trabajo conjunto con los indígenas australianos.
El plan también contempla la creación de un mapa de tres niveles, que operan como las luces de los semáforos, para designar áreas de protección, restauración y desarrollo sostenible en sus territorios, que incluyen inmensas áreas forestales que son hábitat de animales únicos como los koalas.
"Se está destruyendo la naturaleza. Las empresas esperan demasiado tiempo para tomar decisiones. Eso es malo para todos. Las cosas tienen que cambiar", remarcó en el comunicado Plibersek, cuyo Partido Laborista ganó en mayo pasado las elecciones con un fuerte compromiso contra la crisis climática y la protección del medio ambiente.
Desde entonces, el Gobierno del primer ministro, Anthony Albanese, ha legislado sobre su compromiso mejorado de reducción de emisiones contaminantes al 43 por ciento para 2030 (que anteriormente era del 28 %) y de emisiones neutras para el 2050.
Asimismo el actual gobierno australiano se ha comprometido a proteger el 30 por ciento de su territorio terrestre y marítimo para el 2030 y terminar con la extinción de las especies de plantas y animales, que han sido afectadas por el desarrollo humano y los desastres naturales agravados por la crisis climática.
La propuesta de hoy se da en respuesta a un informe independiente para revisar la ley medioambiental de 1999 encargada hace tres años por el anterior gobierno de la coalición Liberal-Nacional.
El informe fue entregado en octubre de 2020 al entonces primer ministro Scott Morrison, un fuerte defensor de la industria del carbón, una de las principales estrellas exportadoras del país oceánico y clave para la generación eléctrica de una gran parte de Australia.