Las islas Heard y McDonald, de 372 kilómetros cuadrados y situados más de 4,000 kilómetros del suroeste australiano, albergan glaciares, humedales, así como a los únicos volcanes activos de Australia.
Estas remotas islas inhabitadas, que fueron declaradas en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son un hábitat importante de diversas poblaciones de pingüinos, focas y albatros, entre otras especies únicas del planeta.
"Esta es una parte única y extraordinaria de nuestro planeta. Estamos haciendo todo lo que podemos para protegerla", dijo la ministra australiana del Ambiente, Tanya Plibersek, en un comunicado publicado hoy para anunciar la decisión.
"No es sólo una gran victoria medioambiental para Australia, es una gran victoria medioambiental para el mundo", celebró la ministra.
Australia, tras este anuncio, ha protegido el 52 % de los océanos que forman parte de su territorio, con lo que supera el objetivo del 30 % que el Gobierno firmó como parte de un tratado de las Naciones Unidas sobre la naturaleza en 2022, agregó el comunicado.
Por su lado, la alianza de 27 organizaciones ecologista Save Our Marine Life (Salvar Nuestra Vida Marina), liderada por la Fundación Benéfica Pew y la Sociedad Australiana de Conservación Marina, acogió hoy con satisfacción el anuncio, aunque apuntó que faltó incluir a gran parte de Gunnari Ridge.
Esta zona subantártica aloja en sus aguas al pez hielo caballa, que se pesca junto a la merluza negra en las aguas que rodean la isla Heard y McDonald con fines comerciales, entre otros peces, al tiempo que es una zona de alimentación de importancia mundial para pingüinos albatros y lobos marinos antárticos, según un comunicado de la alianza.
"El propio informe científico del Gobierno afirmaba que la protección era insuficiente para una serie de hábitats del fondo marino", remarcó la representante de la Fundación Benéfica Pew, Fiona Maxwell, en el comunicado.
La alianza señaló que las aguas del océano antártico tiene una importancia mundial en la lucha contra la crisis climática, la contaminación, la pesca y las especies invasoras que afectan a la supervivencia desde el krill a las ballenas en su intento por adaptarse a los cambios en sus hábitats.