Vista sobre el 11S finaliza con críticas al control del gobierno de Estados Unidos

Los cinco días de preparación del juicio contra Jalid Sheij Mohamed, autoproclamado cerebro de los atentados del 11S, y cuatro de sus cómplices, han finalizado con acusaciones de la defensa de que el gobierno estadounidense controla y maneja a su favor el proceso.

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Dibujo realizado por la artista de la corte Janet Hamlin y revisado por el Ejército estadounidense que muestra a Walid Bin Attash (i), y a Jalid Sheij Mohamed durante su presentación en una corte militar en la Bahía de Guantánamo (Cuba).

La última jornada se alargó más de lo previsto mientras los abogados defensores intentaban determinar hasta qué punto agencias del gobierno estadounidense y el Pentágono controlan y limitan las comunicaciones entre defensa y clientes más allá de su obligación de evitar la entrada de material de contrabando a estos reclusos de "alto valor", sometidos a fuertes medidas de control.

Ammar al Baluchi, sobrino de Sheij Mohamed, y Mustafa al Hawsawi, supuesto cooperador en la financiación de los atentados, no asistieron hoy por voluntad propia al proceso, mientras que los otros tres acusados, incluidos Walid bin Attash y Ramzi bin al Shibh, se pasaron la vista leyendo o charlando con los traductores.

En 11 horas de testimonio, interrumpido con varios recesos, el capitán de la Marina Thomas Welsh, ex asesor legal de la prisión de Guantánamo y supuestamente imparcial en este proceso, llegó a reconocer que, en un intercambio de correos electrónicos, comunicó a la Fiscalía, que representa al gobierno de Estados Unidos el contenido de sus conversaciones privadas con la defensa.

Clay Trivett, representante del equipo fiscal del gobierno estadounidense, intentó probar que la prioridad de los responsables de Guantánamo es mantener el "difícil equilibrio entre seguridad nacional y la defensa completa de estos hombres (los acusados)".

A preguntas de Trivett, Welsh reveló que en 2008 se encontraron 12 páginas de fotos sobre "operativos de inteligencia" en la celda de Hawsawi, mientras que en noviembre de 2010 frustraron un intento de introducir contenido de la revista de Al Qaeda "Inspire", que da consejos sobre acciones de yihadismo radical, en material legal.

En un intercambio con Welsh repleto de recelos, el defensor civil de Sheij Mohamed, David Nevin, experto en casos de pena de muerte, intentó exponer las cortapisas impuestas a su labor por el gobierno estadounidense con la excusa de evitar la llegada de información peligrosa.

Nevin criticó veladamente la insistencia de Welsh en subrayar que el material de "Inspire" enseñaba "a montar una bomba en la cocina de tu madre" y aseguró que eso era parte de la documentación del caso, al igual de las fotos denunciadas por la Fiscalía.

"Si no podemos hablar con ellos ni del contenido de la hoja de cargos porque contiene ideas de terrorismo, lo que nos están diciendo con estas limitaciones es que no podemos defender este caso", aseveró Nevin.

La preparación de este juicio, el más importante de estas comisiones militares, está tropezando con las dificultades de la defensa para hacer su trabajo por motivos de seguridad nacional, entre ellos la necesidad de mantener en secreto los interrogatorios a los que fueron sometidos, con técnicas como el ahogamiento simulado, consideradas torturas.

Los cinco acusados, que se enfrentan a una condena de pena capital por la muerte de casi 3,000 personas en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, Washington y Pensilvania, fueron detenidos por la CIA y pasaron varios años en cárceles clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia antes de llegar a Guantánamo.

El caso de corte marcial es de una complejidad extrema, debido a que los abogados defensores intentan acceder a información sobre interrogatorios y detenciones ilegales que ocurrieron durante los primeros años de guerra contra el terrorismo, que son alto secreto, para utilizarlos como atenuantes.

A esto se suman las complejidades de la prisión de Guantánamo y de la alta seguridad del Campo 7 donde están internados los presos de "alto valor" para Estados Unidos.

Mientras tanto, no se espera que el juez de estas comisiones militares, el coronel James Pohl, pueda poner una fecha al inicio del juicio este año, algo que está agotando la paciencia de algunos familiares de las víctimas del 11S presentes en este proceso como testigos.