El texto dice que hay muchas personas en el mundo que no pueden entender por qué los que se divorcian y se vuelven a casar no pueden tomar la comunión, mientras que los ex obispos sí lo pueden hacer. Y por eso apunta que los católicos se sienten frustrados y excluidos.
Además señala que la postura de la Iglesia católica frente a la anticoncepción es muy criticada. Según el documento, los creyentes consideran que "la valoración moral de los diferentes métodos de planificación familiar" son una intromisión a su vida íntima y una limitación a la libertad de pensamiento.
El texto apunta asimismo que la Iglesia debe modificar su posición en la lucha contra el VIH/sida. "Se trata de acompañar los dramas que marcan profundamente la vida de innumerables personas", escribieron los obispos.
El documento titulado "Instrumentum laboris", de 90 páginas, se basó en una encuesta entre las 114 conferencias de obispos nacionales realizadas por encargo del papa Francisco.
Si bien el escrito reitera que el matrimonio entre un hombre y una mujer es la base de la familia, ante todo en Europa y América los "matrimonios ilegales" ya no son experimentos, sino formas de vida estables.
Sólo cuando bautizan a sus hijos muchos se enteran de que según la visión católica viven en una "situación irregular", indica. Para esos casos, sugiere, la Iglesia debería "iniciar un camino" para establecer reglas nuevas.
"Hablamos un idioma que las personas no entienden y damos respuestas a preguntas que nadie nos hizo", dijo el arzobispo de la localidad italiana de Chieti-Vasto, Bruno Forte, uno de los encargados de preparar los sínodos que se celebrarán en octubre de 2014 y octubre de 2015. En esta última reunión se propondrán cambios sobre los cuales Francisco tendrá la última palabra.
También en cuanto de las parejas del mismo sexo, los líderes eclesiásticos abogan por una nueva visión realista. Si bien todos los sínodos se pronunciaron en contra de una nueva definición de matrimonio, sostienen que la Iglesia católica debe hallar una postura respetuosa en lugar de condenatoria frente a las bodas homosexuales.
El arzobispo de París, André Vingt-Trois, se quejó de una "creciente cultura del hedonismo", así como de la aspiración de muchas personas a "la satisfacción personal" como única meta.
Por eso consideró que la Iglesia debe volver a mostrar claramente el nexo entre la familia y la sociedad. (DPA)