También anunció 17 millones de dólares que se suman a los 105 millones que prometió el lunes el presidente Barack Obama para la región del Cuerno de África afectado por la hambruna, que en total asciende a 580 millones de dólares en lo que va del año.
En un discurso en el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) en Washington, la jefa de la diplomacia estadunidense sostuvo que son necesarias soluciones sostenibles a largo plazo para reducir el hambre y la desnutrición.
“Mientras nos apresuramos para ofrecer asistencia para salvar vidas, también debemos mantener nuestro enfoque en el futuro al continuar invirtiendo en seguridad alimentaria a largo plazo para países susceptible a sequías y escasez de alimentos”, puntualizó.
Clinton describió la situación en el pueblo de Dadaab, en el este de Kenia, donde un campamento de refugiados que recibe diariamente a más de 1,000 personas, la gran mayoría de Somalia, “el epicentro de la hambruna”, quienes huyen de la peor sequía en 60 años.
Somalia, con un gobierno de transición, es el país más afectado por la hambruna. Clinton pidió a los militantes islámicos del grupo Al-Shabab, al que Estados Unidos considera como terroristas, que permitan la asistencia humanitaria, especialmente a niños y mujeres.
Jill Biden, esposa del vicepresidente estadunidense, visitó Kenia el pasado fin de semana junto con el director de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Raj Shah, y otros funcionarios para canalizar la ayuda a la región.
Estados Unidos flexibilizó la semana pasada su política de sanciones sobre al Shabab para facilitar la asistencia que proporcionan grupos humanitarios.
“La crisis del hambre no es un acto de Dios", sino un complejo problema que se debe resolver con voluntad porque se puede evitar la escasez de alimentos por medio de acciones de los gobiernos y otras entidades, puntualizó.
La secretaria de Estado instó a “romper el ciclo de la falta de alimentos”, apoyando a los países a fortalecer su seguridad alimentaria por medio de conexión de mercados, planificación de cosechas y protección de los recursos frente al cambio climático.
Los esfuerzos incluyen terminar con las barreras comerciales en África para promover la libre exportación de productos, el mejoramiento de créditos para los agricultores y el uso de nuevas tecnologías.
Clinton también pidió a los estadunidenses a hacer donaciones a las organizaciones involucradas en la ayuda en esa región.