“Sigo con particular aprehensión lo que está ocurriendo en estos días en Venezuela”, dijo al final de la audiencia general de los miércoles, que presidió ante más de 30 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En un mensaje, pronunciado en italiano, expresó su “vivo deseo” porque cesen, “lo antes posible”, las violencias y las hostilidades.
Llamó también a todo el pueblo venezolano, a partir de los responsables políticos e institucionales, a empeñarse en favorecer la reconciliación nacional, a través del perdón recíproco y un diálogo sincero, respetuoso de la verdad y de la justicia, capaz de afrontar temas concretos por el bien común.
“Invito a todos los creyentes a elevar súplicas a Dios, por la materna intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, para que el país recupere prontamente la paz y la concordia”, apuntó.
En los últimos días desde diversos sectores se había elevado la solicitud al pontífice para que dedicase unas palabras a Venezuela, afectada por los enfrentamientos entre el ejército y las fuerzas opositoras al presidente Nicolás Maduro.