La mayoría de los niños reclutados fueron separados previamente de sus padres y se encuentran desamparados, o con anterioridad ya habían formado parte de este tipo de grupos armados, según Unicef.
Esta situación "preocupa sobremanera" a la agencia de Naciones Unidas que vela por el bienestar de los menores y pidió a las partes implicadas en el conflicto que cesen con estos reclutamientos forzados.
Incluso antes del conflicto que comenzó a principios de diciembre pasado, Unicef contabilizaba hasta 2.500 niños que pertenecían o se relacionaban con este tipo de bandas.
Desde hace tres semanas el grupo rebelde Seleka ejerce una ofensiva militar contra el gobierno, y se ha hecho con el control de una decena de ciudades del norte y el nordeste de la RCA.
Dada la situación de creciente peligrosidad en el país, varias decenas de funcionarios de Naciones Unidas han tenido que ser evacuados a Camerún.
La coalición Seleka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, que antes de ayer anunciaron que detendrían su ofensiva para entablar un diálogo con el gobierno, se levantó en el norte del país el pasado mes de diciembre al considerar que el presidente, François Bozize, no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.
Estos tratados preveían -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos, y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.