Según afirma hoy Radio Free Asia (RFA), Chugtso, de 20 años, se inmoló ayer, martes, en la localidad de Dzamthang, cerca del monasterio de Jonang de la citada provincia, lo que eleva a 116 el número de actos de este tipo desde 2009.
"Su inmolación fue en protesta de las políticas represivas chinas en el Tíbet", dijeron fuentes cercanas a la víctima, según RFA.
Chugtso murió poco después de prenderse en llamas cerca del monasterio, donde los monjes estaban rezando, y luego sus restos fueron llevados hasta su casa por los vecinos.
"Después, las autoridades locales y las fuerzas de seguridad presionaron a la familia para que la incinerara durante la noche", dijo la misma fuente, y añadió que se trata de "una práctica usual por parte de los oficiales chinos tras estos incidentes".
Como muestra de apoyo, miles de personas del área se acercaron a la casa de Chugtso y al monasterio, "en solidaridad con la víctima y su familia", un marido y un hijo de sólo tres años de edad, apunta RFA.
Por su parte, la organización con sede en Londres "Free Tíbet" añade que el monasterio de Jonang ya fue escenario de inmolaciones similares en el pasado, cuando otras dos mujeres, también madres de hijos pequeños, se prendieron fuego allí en mayo de 2012.
El portavoz de esta organización asegura que los actos son "protestas, no suicidios", y que seguirán produciéndose hasta que China no solucione los "daños" que inflige a la población tibetana.
De las 116 inmolaciones desde 2009, al menos 97 han acabado en muerte, con 18 casos registrados en lo que va de año.
Pekín acusa al Dalai Lama y a los grupos de apoyo al independentismo tibetano en el exilio de aplaudir y animar estas inmolaciones, pese a que el líder espiritual y premio Nobel de la paz en 1989 ha pedido el cese de estas protestas.
China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independiente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas.