Ban Ki-moon también ofreció su solidaridad al gobierno y a los familiares de las víctimas de ese intento, informó en una rueda de prensa el portavoz de la ONU, Farhan Haq.
"Pese a reconocer las circunstancias extraordinarias que imperan en el país tras la intentona de golpe de estado, el secretario general expresó sus expectativas de que Turquía se adhiera a sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y a que defienda las garantías fundamentales y los principios universales", dijo Haq.
Esas garantías incluyen la libertad de expresión, de movimiento y asamblea; la independencia de jueces y abogados; el derecho a un juicio justo y el respeto del debido proceso, acotó.
El portavoz señaló que Ban acogió con beneplácito la liberación de 1.200 militares; sin embargo, manifestó inquietud por las denuncias de maltrato y abuso de algunos efectivos aún detenidos.
Asimismo, se refirió con gran preocupación a los continuos arrestos, detenciones y suspensiones que afectan a todos los segmentos de la sociedad turca y a las instituciones de gobierno.
El titular de la ONU subrayó la necesidad de que se presenten evidencias creíbles de los cargos que se imputen a los detenidos que son investigados y que se les procese con apego estricto a las leyes.
Finalmente, Ban encomió el apoyo del gobierno y la oposición a la República y confió en que los gobernantes y el pueblo turco transformen este momento de incertidumbre en uno de unidad a favor de la democracia en Turquía.