En su demanda, la campaña de Trump considera que el Tribunal Supremo de Pensilvania se excedió al fallar en su contra y considera que "el resultado de las elecciones para la Presidencia de EE.UU. pende de un hilo", algo que no es cierto porque el demócrata Joe Biden ganó los comicios del 3 de noviembre.
Esta acción forma parte de la estrategia del mandatario para revertir en los tribunales el resultado de las elecciones de noviembre, unos intentos que no han tenido éxito y solo han servido para alimentar las divisiones y la desconfianza en el sistema democrático en el país.
Además, tiene pocas probabilidades de éxito, ya que el pasado 14 de noviembre el Colegio Electoral de EE.UU. confirmó a Biden como próximo presidente y ratificó lo que los medios de comunicación habían pronosticado hace más de un mes: que Trump perdió las elecciones y tendrá que abandonar la Casa Blanca el 20 de enero.
El objetivo de la campaña de Trump es invalidar en Pensilvania cientos de miles de votos emitidos por correo, un método que usaron miles de millones de estadounidenses por la pandemia.
El mandatario no ha reconocido su derrota en los comicios al alegar, sin pruebas, que hubo fraude electoral y ha prometido que seguirá litigando el resultado de las elecciones en diferentes tribunales de EE.UU., aunque de momento no ha tenido éxito con ninguna de sus demandas.
El Tribunal Supremo ya falló en contra de Trump en una importante demanda presentada por los líderes republicanos de Texas para invalidar el resultado electoral en los estados clave de Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin, que el actual presidente ganó en 2016, pero que ahora lo hicieron por Biden.
El Tribunal Supremo de EE.UU. está compuesto por tres jueces progresistas y seis conversadores, cifra esta última que incluye a tres magistrados nombrados por Trump.