Se trata del mayor golpe dado por Estados Unidos en el conflicto comercial con el país asiático, dado que aproximadamente la mitad de las importaciones chinas se verá afectada por la medida. Anteriormente, Washington había impuesto aranceles a importaciones chinas por valor de 50,000 millones de dólares. La decisión afecta especialmente a electrodomésticos, electrónica del entretenimiento y juguetes. Los importadores en Estados Unidos temen que esto conlleve un encarecimiento a gran escala de productos en el país.
Las dos mayores economías del mundo están inmersas desde hace meses en una guerra comercial por los aranceles que Estados Unidos está imponiendo a las importaciones chinas. Trump considera que el déficit comercial de Washington respecto a Pekín, que cifra en 376.000 millones de dólares anuales, es inaceptable y tiene que equilibrarse. "Con suerte, este problema comercial se resolverá, en último término, por mí y el presidente chino, Xi Jinping, hacia quien tengo un gran respeto y afecto", afirmó Trump.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Comercio chino, Geng Shuang, subrayó que su país se defendería "con determinación". Se teme que Pekín grave ahora adicionalmente importaciones estadounidenses por valor de 60,000 millones de dólares. De todas formas, las posibilidades de China de tomar represalias con aranceles a productos de Estados Unidos son más reducidas, pues de Estados Unidos llegan productos solo por valor de 130,000 millones de dólares.
Los observadores, sin embargo, señalan que Pekín tiene otras posibilidades de ejercer presión sobre Washington. Las empresas estadounidenses como Starbucks, Apple o Nike, que desde hace años sacan provecho del consumo chino, podrían ver cómo se les dificulta hacer negocios en ese país.
La medida anunciada ayer por Trump sigue el lema "América primero" pregonado por el presidente, que también ha generado tensiones con los países de la Unión Europea, Canadá y México.