La fiscal a cargo de la investigación, Viviana Fein, desmintió hoy las declaraciones de la testigo, que permaneció más de siete horas en el departamento. "Lo que dice esta chica no existe, es descabellado y se va a tener que hacer cargo de lo que dijo", declaró la funcionaria judicial a la prensa.
La joven declaró al diario "Clarín" que vio cómo manipulaban objetos de la casa de Nisman, subrayaban sus papeles, tomaban café preparado en la cafetera del fiscal y manipulaban su teléfono celular en las primeras horas luego de haber sido descubierto muerto.
La mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue imputada el viernes por un fiscal que tomó la denuncia de Nisman y solicitó la apertura de una investigación formal.
La joven, de 26 años y ajena al caso, fue interceptada en la madrugada del lunes 19 de enero en una calle del barrio de Puerto Madero por efectivos de la Prefectura Naval y llevada al departamento de Nisman como testigo del operativo oficial. Momentos antes se había hallado el cuerpo sin vida de Nisman, que investigaba el ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el más grave atentado en la historia del país.
El fiscal murió el 18 de enero a causa de un disparo en la cabeza en el baño de su vivienda, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta Fernández de Kirchner por supuesto encubrimiento con el fin de exculpar a los iraníes acusados por el atentado a la mutual judía que en 1994 dejó 85 muertos.
"Tengo miedo, pero hay muchas cosas que me han indignado", aseguró Natalia Gimena Fernández en una entrevista que publica hoy "Clarín". "Tomaban mate y pidieron medialunas (croissants). Tocaban todo. Había unas 50 personas", reveló.
Fernández aseguró en tanto que la fiscal le mostró una bolsa con "cinco casquillos" de bala, pese a que en todo momento se informó que encontró sólo un casquillo en la escena. "Ahí se dijo que el disparo en la cabeza había sido hecho a 11 centímetros de distancia", sostuvo.
"También me da miedo decir que en el edificio de enfrente encontraron un casquillo de un francotirador de un arma que no hay en Argentina", señaló al periódico.
La testigo indicó asimismo que en el departamento "había como 25 carpetas". "Ellos leían cada página, hacían un resumen, lo escribían y me hacían firmar a mí".
La joven señaló además que le hicieron firmar papeles de los que desconoce su contenido. "Al otro día me llamaron para que firmara unos papeles. Fui. Ni pude leer, porque además me pidieron que 'por favor, ni leas esto'. Me dijo 'firmalo' y yo la verdad fui una boluda porque estaba muy asustada y los firmé sin leer", declaró al periódico. (DPA)