“Tenemos informes todavía no confirmados sobre el uso reciente de minas”, alertó el experto del CICR en contaminación de armamento Srdjan Jovanovic, en un comunicado.
La lucha de Libia contra las minas antipersona y antitanque se remonta a la Segunda Guerra Mundial y a las guerras con Egipto (1977) y con Chad (1980-1987) por lo que las fronteras con Egipto, Chad y Túnez aún están llenas de minas y de munición sin explotar, recordó.
“Estamos extremadamente preocupados por lo que hemos visto aquí, la contaminación de armas representa ahora una clara amenaza para la población civil sobre todo porque hay muchas zonas de conflicto en el país”, indicó el CICR en un comunicado.
Según el experto, la población civil se enfrenta al riesgo que suponen las municiones abandonadas o que no han explotado que se encuentran esparcidas por áreas donde se han llevado a cabo los combates.
Además, los civiles pueden acceder fácilmente a la munición almacenada en bases del ejército libio en las ciudades de Ajdabiya, Bengazi y Tobruk, que fueron abandonadas a principios de marzo cuando estalló el conflicto de fuerzas rebeldes contra el régimen de Muamar Gadafi.
Jovanovic subrayó que algunos de esos almacenes han explotado, esparciendo municiones en amplias zonas y señaló que se puede encontrar con frecuencia munición que no ha explotado cerca o en el interior de vehículos militares destruidos en los combates o por ataques aéreos.
“Hemos hablado con las autoridades locales sobre el tema y esperamos enviar a más personal especializado con el fin de que ofrezca apoyo técnico para la destrucción de la munición”, anunció.
Asimismo el CICR pretende iniciar una campaña educativa sobre el riesgo que suponen las minas y determinar claramente cuáles son las zonas afectadas, abundó el experto.
Finalmente, el CICR urgió a la gente que vive en zonas afectadas a contactar a las autoridades locales o la Cruz Roja en caso de encontrar municiones sin explotar y de abstenerse de tocar cualquier objeto sospechoso.
“Los niños son especialmente vulnerables y se les deben explicar los riesgos”, concluyó.